Es Capdellà no tendrá procesiones de Semana Santa este año, si no media un gran cambio de última hora. Así lo constataron ayer fuentes de la cofradía de la localidad, del ayuntamiento de Calvià y de asociaciones de vecinos, y así aparece reflejado en la guía de procesiones del municipio que se distribuirá a partir de hoy.
El pasado mes de enero, ya se originó en es Capdellà una polémica vecinal por la negativa del párroco a prestar la talla de Sant Sebastià para que los residentes la sacaran en procesión, como habían hecho durante los últimos 100 años. En declaraciones a este diario, personas que forman parte de la cofradía de es Capdellà explicaban que la asociación se ha quedado sin el empuje de su presidenta, Catalina Covas, después de que ésta se diese de baja.
Durante décadas, Covas fue la principal colaboradora de la iglesia de es Capdellà, hasta la llegada del nuevo rector, Antoni Mercant. A partir de ese momento, dejó de colaborar con la parroquia, coincidiendo con la polémica creada en torno a la talla de Sant Sebastià.
Vecinos de la localidad explicaban ayer que, cada año, había procesiones de Jueves Santo y Viernes Santo. El recorrido empezaba en la iglesia de es Capdellà y continuaba por las principales calles, como el Carrer Ses Monges y el Carrer Major, hasta finalizar nuevamente en la parroquia. Tras la dimisión de su presidenta, la cofradía se encuentra en "stand by", en un impás de espera, explicaban ayer personas que forman parte de esta asociación religiosa y que recordaban que, en años anteriores, a estas alturas ya se habían celebrado reuniones para organizar las procesiones.
El ayuntamiento de Calvià, por su parte, también ha recibido la notificación de que este año no habrá procesiones en es Capdellà. Lo que sí habrá son ceremonias litúrgicas especiales en la parroquia, con motivo de la Semana Santa.
El pasado mes de enero, es Capdellà ya vivió una jornada tensa en la que los vecinos sacaron en procesión un cartel con la imagen de la escultura de Sant Sebastià, que está guardada en la iglesia de la localidad.
El Obispado garantizó entonces que los residentes pudiesen seguir sacando la talla de Sant Sebastià. Sin embargo, los organizadores, entre los que había representantes de la asociación Dones Solidàries y de la cofradía religiosa de la localidad, optaron por seguir el plan alternativo, a fin de no caldear más la polémica generada por la negativa del párroco a ceder la talla.
Cuando acabó la procesión y el cura se dispuso a comenzar la misa, un grupo de vecinos allí presentes procedieron a abandonar el templo parroquial en señal de desacuerdo con Mercant. Antes, dejaron una rosa debajo de la talla de Sant Sebastià.
