Ayer fue el segundo día de la Fira del Fang y a pesar de las previsiones de mal tiempo, poco a poco, el recinto se fue llenado de visitantes. Fue a partir del mediodía cuando la afluencia de público se hizo constante, llenando, tanto los expositores de venta exteriores como la sala de exposiciones.

Este año, el Premio Benet Mas, no se ha otorgado al mejor expositor ya que los cambios, introducidos para mejorar la feria primaban un concurso expositivo relacionado con la cerámica, al cual se han presentado nueve propuestas. La ganadora, y cuya exposición se puede ver en un lugar predominante, ha sido la del ceramista de Elda, Carlos Martínez.

Entre los expositores venidos de fuera de la isla, Unai, de l'Hospitalet de Llobregat, que lleva más de diez años acudiendo a la cita, manifiesta que "hay otras ferias similares en la península, pero con el encanto de esta no", y piensa continuar asistiendo a la misma.

Igualmente Gaspar Boned y su esposa Esperanza, de Palma, manifiestan que este es el primer año que acuden al evento, desde que se celebra en La Veronica, y que les gusta por su amplitud y oferta de los distintos puestos.

Carmen Hermoso, de la firma Son de la Terra, de Algaida, se ha presentado con novedades, ya que a parte de las tradicionales y populares ocarinas, ha realizado distintas piezas de decoración, que han tenido mucho éxito y buena demanda.

Los visitantes se interesaron principalmente por piezas de cocina; incluso pedían cuál era la mejor greixonera para hacer un arrós brut, o unos buenos escaldums.

Los expositores donde se vendían los siurells recibían muchos visitantes, y algunos abuelos adquirían alguno para sus nietos, como una pequeña jarra-silbato, que llenándola de agua, reproducía el sonido de los gorriones.