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'Geocaching' en la Vía Verde

Cazadores de cajas

El arte de encontrar 'geocachés', o receptáculos escondidos bajo coordenadas GPS, está de moda - Tanto, que el trazado de la antigua vía de tren entre Manacor y Artà se ha convertido en uno de los principales puntos de concentración de Europa

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Geocaching en la Vía Verde

Aquellos que ya peinen canas se acordarán de la caza del zorro. No de la inglesa de toda la vida, sino la que procesaban los radioaficionados, 'seres' que contactaban con infinidad de países en una sola tarde, sin salir de casa y sin que les costara un duro. Hablamos de antes de internet, claro está. La caza del zorro consistía en dejar un emisor de señales escondido, preferiblemente en el campo y en un lugar de acceso complicado, para que los demás radioaficionados armados de coches y antenas, trataran de localizar su posición en el mínimo tiempo posible. Quien antes lo encontraba, ganaba. Tan simple como divertido.

Pero en 2002 la liberación de la tecnología GPS (Global Positioning System), reservada hasta entonces solo a estrategias militares, lo cambió todo. Su uso civil empezó a generalizarse en navegadores para coches y hoy, si uno quiere, puede hasta geolocalizar o ser geolocalizado desde su teléfono móvil. Más o menos "así empezó el geocaching", explica Xisco Gili, Xisconator para los amigos del mundillo, responsable de las 115 cajas (o geocahés) escondidas en la vía verde, el antiguo trazado del tren de Llevant entre Manacor y Artà. Y es que precisamente de eso va la cosa, de encontrar, mediante unas coordenadas ya sabidas, cajas de distinto tamaño y forma por el simple placer de firmar en su libro de visitas, sorprenderse con algún que otro pequeño tesoro dentro y, con todo ello, poder subir en la clasificación general de catchers.

"En 2002 casi nadie parecía encontrarle utilidad al GPS", recuerda Gili, "hasta que alguien soltó una caja con sus coordenadas. En poco tiempo tuvo 50 visitas y cada vez más y más... Hoy en día hay alrededor de tres millones de cajitas escondidas en todo el mundo, de las cuales 1.300 están en Mallorca, unas 300 en Eivissa y algo más de 90 en Menorca". Y es que en realidad la 'moda' española comenzó precisamente en Mallorca con 46 receptáculos.

"Pueden ser tuppers, pueden ser tubos de ensayo grandes, dos tapones unidos... las formas y colores varían según el lugar". En la vía verde hay de tres tamaños distintos a la sombra de puentes, pegados con imanes a señales, colgados de hilos de nylon... "En realidad nadie gana nada ¡Pero es muy divertido!", enfatiza.

Debe serlo, porque de lo contrario no se explica que haya cada vez más turismo alrededor del geocaching en Mallorca. "Hay grupos, sobre todo de alemanes, que vienen un fin de semana con el único propósito de recorrer la antigua vía de tren", de 29 kilómetros, abandonada en 1977 primero y restaurada después como sendero tras el fracaso institucional del Tren-tram, "y en un solo fin de semana poder conseguir todos los puntos disponibles cómodamente, montados en bici y en poco espacio". "Incluso recibo mensajes antes de que vengan, pidiéndome referencias sobre si pueden alquilar transporte, si existe algún supermercado cerca para avituallarse y así poder pasar el día buscando".

Existen numerosas aplicaciones para el móvil especialmente pensadas para el geocaching, "la más famosa y precisa quizás sea la C:Geo, que es la que utilizamos prácticamente todos", señala Gili, que, además de ser el responsable de esconder y reponer las cajas de la vía verde sustraídas, también es miembro activo de la pequeña comunidad mallorquina de unos 60 miembros, que precisamente esta pasada semana entregó los diplomas a los mejores catchers del pasado 2015.

Cómo empezar a jugar

Primero, y dado por supuesto de que todo el mundo ya tiene un terminal móvil, hay que inscribirse en la web geocaching.com. Es gratis y basta con dejar un correo electrónico desde donde activar la cuenta y una contraseña de usuario. A partir de ahí el mundo es suyo, ¡a buscar!. En un mapa podrá ver y localizar dónde se encuentran las cajas misteriosas, y en una lista paralela su código, coordenadas y quién ha sido el que las ha escondido.

"En este caso las de la vía verde están pero en Premium", apunta Xisco, es decir, que habrá que ser un verdadero especialista, porque son para nota "y para evitar que sean aficionados que se las lleven o las vacíen". Esa es otra: además de las cajitas con tiras de papeles por firmar, existen otros receptáculos (pensados más para niños) como cofres o tuppers, donde poder encontrar desde cochecitos de juguete, a relojes digitales, pasando por pelotas de golf, "lo importante es que cuando se coja algo se reponga con un objeto de valor similar".

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