Creatividad, gastronomía, cultura y enología. Todo se fusiona en la nueva iniciativa del restaurante Sal de Cocó, capitaneado por Marta Rosselló y ubicado en el antiguo muelle de pescadores de la Colònia de Sant Jordi, en el municipio de ses Salines.
El pasado domingo, el restaurante, las Bodegues José L. Ferrer, tres artistas-pintores mallorquines y el dinámico sello AdiA Edicions presentaron un proyecto común que aúna con éxito gastronomía, arte y enología.
En concreto, los artistas plásticos Pep Molina, Llorenç Garrit y Salva Ginard expusieron obras originales suyas en el establecimiento, que representan las etiquetas de cada uno de los vinos de edición limitada producidos por las bodegas exclusivamente para Sal de Cocó.
Salvador Llinàs, responsable de comunicación del negocio, explica que los vinos (negro, blanco y rosado) "cobran mucho más sentido y singularidad gracias a las representaciones artísticas que plasmarán sus etiquetas". De esta manera, el restaurante "quiere remarcar su compromiso con la economía de proximidad y el arte de casa nostra, poniendo al alcance de sus clientes la obra de tres artistas a tener en cuenta".
Poetas y artistas no faltaron a la cita gastronómica y cultural. S. L.
Este marzo y en abril, mayo y junio el espacio gastronómico "dará continuidad a este proyecto, que no ha hecho nada más que empezar, con ménus temáticos donde la poesía y literatura, la pintura, los vinos y la gastronomía serán los protagonistas".
La animada presentación del pasado fin de semana también se complementó con algunas sorpresas, como los poemas recitados por Pau Vadell y Lucia Pietrelli. Asimismo se editó una publicación conmemorativa del concurrido evento, con la coordinación de Llinàs y diseño de AdiA.
En definitiva, una iniciativa de lo más sugerente del restaurante de Marta Rosselló, exconcursante del conocido programa televisivo Top Chef, cuyo principal objetivo es marcar la diferencia dentro y fuera de los fogones: "El trabajo bien hecho, el valor del esfuerzo y la singularidad del arte". La comarca del Migjorn, es decir el sur de Mallorca, brinda un nuevo foco culinario que emociona.
