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Medio ambiente

El parque de s'Albufera ha perdido un 62% de las aves en el último lustro

La sequía amplifica los problemas crónicos del parque natural, que ya no proporciona las condiciones óptimas a las especies más interesantes - La salinización y la excesiva presencia de nutrientes en el agua son los principales motivos

Vista general de la zona meridional del parque natural de s'Albufera. El humedal está cambiando progresivamente sus condiciones climáticas. j. frau

El parque natural de s'Albufera vive del agua, y la que entra es escasa y de mala calidad. El resultado es la progresiva salinización del humedal, un cambio en las condiciones climáticas del agua que provoca un éxodo masivo de las aves que se nutren en las lagunas del parque.

El principal indicativo de la salud de la zona húmeda es la presencia de fauna, y los datos son tremendamente preocupantes. Desde el año 2010 hasta la actualidad, más de un 62 por ciento de las aves han desaparecido de s'Albufera en busca de otras zonas más propicias para su subsistencia. Y lo más sangrante es que, de no cambiar de forma radical las condiciones del agua que alimenta a s'Albufera, esta tendencia se incrementará en los próximos años.

Evidentemente, el gran parque natural del norte de Mallorca es una víctima más de esta interminable sequía que nos afecta. El déficit de lluvias no es un fenómeno letal para s'Albufera, pero contribuye de forma importante a recrudecer los problemas crónicos del humedal porque las compuertas que dejan correr el agua hacia el mar se abren mucho menos de lo habitual con el objetivo de retener el escaso líquido existente. La consecuencia es que las aguas tienen menos movilidad y no se regeneran lo suficiente.

Y todo ello provoca que s'Albufera haya entrado en un peligroso proceso de salinización en las últimas dos décadas. El director del parque natural, el biólogo Maties Rebassa, explica que el motivo principal de la salinización es que la extracción de agua dulce de los acuíferos ha aumentado mucho en los últimos años, por lo que el líquido de calidad que necesitan las especies que dependen de s'Albufera entra cada vez con menos frecuencia al humedal. "Ello motiva una mayor intrusión de agua marina, y si el agua dulce que está en la superficie no llega lo suficiente, aflora el agua salada", lamenta Rebassa.

Pérdida de especies

Este fenómeno se traduce en un problema "muy grave" para s'Albufera, y es que el hábitat que necesitan las especies para sobrevivir está cambiando, por lo que muchos de los animales que tradicionalmente han vivido o visitado el parque natural ya no tienen las condiciones adecuadas para su sustento. "Estamos perdiendo las especies cuya conservación más nos interesa", avisa el director del parque natural.

Pero la salinización no es la única amenaza de s'Albufera. El otro fenómeno que lleva de cabeza a los conservacionistas del parque es la eutrofización, es decir, la excesiva carga de nutrientes en el agua. Es una consecuencia de la falta de regeneración del agua en las lagunas del parque y de la menor disolución de la contaminación del líquido que entra en s'Albufera procedente de varias depuradoras, principalmente las de Muro y sa Pobla. Las carpas también contribuyen a aumentar la carga de nutrientes porque remueven los sedimentos del fondo. Por ello de forma frecuente se eliminan los peces más grandes, aunque es una batalla perdida porque se reproducen con mucha facilidad.

Este segundo problema de s'Albufera también se traduce en la desaparición de las especies que necesitan aguas con pocos nutrientes para sobrevivir. "Las especies de conservación preferente son las más vinculadas a los ambientes pobres en nutrientes; por contra, aumentan las especies generalistas que se adapta fácilmente a estas condiciones, pero no tienen interés conservacionista", explica Maties Rebassa.

La propia supervivencia de s'Albufera tal y como la conocemos depende de un cambio radical en las condiciones del agua, que pasa por un control más estricto de las extracciones de líquido de los acuíferos y de los compuestos nitrogenados producidos por las malas prácticas agrícolas. Mejorar la depuración de las aguas para disminuir la presencia de aguas fecales también es fundamental, aunque es costosa. El director del parque cree que un buen sistema sería la implantación de filtros verdes en las depuradoras.

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