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Emprendedores

La renovación comercial de la artesanía mallorquina

Talleres y maestros tradicionales de distintos oficios componen Es Bolic, la apuesta digital para rediseñar y revalorizar la madera, cerámicas o telas típicas de la isla

¿Cómo unir el diseño que está de moda en medio mundo con los productos y materiales tradicionalmente mallorquines?, ¿Cómo revalorizar una artesanía de capa caída, dándole una vuelta de tuerca para ampliar su perspectiva?. Preguntas y premisas que inspiraron a Maribel Cañellas, una periodista reconvertida a pequeña empresaria o, como ella prefiera definirse "una apasionada del diseño nórdico, la decoración y sobre todo de mi isla". Ella, junto a un pequeño grupo de trabajo crearon hace unos meses Es Bolic, un comercio virtual desde donde mostrar al mundo de qué son capaces la madera de olivo de Manacor, las espardenyes de Sa Pobla, la piel de Inca o la cerámica de Pòrtol.

"Nuestro objetivo no es otro que redescubrir la artesanía de Mallorca para crear con ella productos únicos y especiales, con ese sabor auténtico de la cultura mediterránea", reitera ilusionada, "todos nuestros productos están hechos a mano aquí, fabricados por maestros artesanos y por emprendedores de esta isla que, como nosotros, también están construyendo su sueño".

Productos con alma, con historia, diseñados para hacerte feliz, es uno de los lemas aplicables, por ejemplo a Simó Santandreu, maestro en eso de moldear la difícil madera de olivo y que además de las tradicionales tablas de cocina, pimenteros o productos decorativos, ahora ha añadido 'nubes' donde posar platos, tazas o maceteros para el catálogo de Es Bolic. Formas simples que ennoblecen de nuevo la madera, barnizada y sosegada bajo el tamiz contemporáneo.

También piezas de cerámica mallorquina de Amenamen Studio, un taller que se propone modernizar el arte de modelar el barro de Pòrtol, epicentro de este tipo de artesanía durante siglos. Sus piezas quieren retener y evolucionar la esencia de las antiguas olleries mallorquinas.

Salvamanteles de cuerda o delantales se mezclan con fundas de cojín o bolsos nacidos de los telares de Lloseta o Santa Maria. O con las Rusetes, zapatos forrados con piel natural de cordero, manufacturados y decorados en estilo floral por uno de los pocos mestres espardanyers que quedan en Mallorca.

Diferentes formas, misma raíz

"Queremos reivindicar el valor de la artesanía, de las tradiciones que se van perdiendo y con ellas parte de nuestra cultura. Elaboramos productos de hoy inspirados en el ayer, que conservan ese sabor genuino de Mallorca", dice Cañellas, quien ya tiene en mente nuevos productos como la obra de palmito de Artà y Capdepera, mutando las formas pero manteniendo la raíz.

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