La nueva ordenanza de medidas para fomentar y garantizar la convivencia ciudadana en el espacio público que fue aprobada el pasado año por el ayuntamiento de Escorca y que ha entrado en vigor esta misma semana contempla duras sanciones para los autores de actos vandálicos en el municipio, principalmente en las zonas más turísticas como Sa Calobra, el Torrent de Pareis o Cala Tuent, donde se producen las mayores concentraciones de gente.
La normativa también regula otros aspectos problemáticos como la práctica del botellón, las pintadas, el comercio ambulante o la degradación del entorno con sanciones que alcanzan los 1.500 euros y en algunos casos, sobre todo los relacionados con las pintadas, los 3.000 euros.
El ayuntamiento de Escorca tiene el reto de aplicar una ordenanza similar a la aprobada por otros ayuntamientos de la isla de carácter más urbano que el municipio de la Serra, con diferentes núcleos de población muy desperdigados y distantes entre ellos. En este sentido, el alcalde de Escorca, Antoni Solivellas (PP), reconoce que el Consistorio no tiene los medios necesarios para aplicar la nueva normativa "al cien por cien", ya que en la actualidad únicamente dispone de dos agentes de la Policía Local para cubrir todo el municipio, uno de los más extensos de Mallorca y, paradójicamente, el menos poblado.
Por este motivo, de momento el objetivo de la ordenanza será más disuasorio que recaudatorio. "Tenemos la intención de instalar señales informativas en los diferentes núcleos para avisar de las principales prohibiciones y las sanciones correspondientes", explica Solivellas. Sin embargo, tampoco se descarta la imposición de sanciones si así se cree conveniente porque "con la nueva normativa ahora podemos hacerlo si nos encontramos con algún problema de comportamiento imprudente; antes no era posible por la falta de una regulación al respecto", precisa el alcalde.
Sa Calobra y el Torrent de Pareis
El municipio de Escorca suele relacionarse directamente con el santuario de Lluc. No obstante, las prácticas irregulares que la ordenanza pretende prohibir son más habituales en los otros núcleos turísticos del municipio, principalmente Sa Calobra, Cala Tuent e incluso en el Torrent de Pareis.
En estos puntos tan sensibles desde el punto de vista medioambiental y de gran afluencia turística durante la temporada alta son frecuentes los problemas de suciedad. "Solemos encontrarnos con gente que tira colillas de tabaco o deposita residuos en lugares no autorizados", explica Solivellas. También se han producido problemas de botellón porque el Ayuntamiento ha recibido quejas por esta práctica. "Pueden producirse muchos casos de mal comportamiento en el mismo Torrent de Pareis", admite el regidor popular.
En lo que respecta al santuario de Lluc, los problemas de convivencia ciudadana ya no son habituales desde que la zona de acampada se trasladó junto al aparcamiento. Cuando el camping estaba ubicado cerca del campo de fútbol del santuario "eran más frecuentes los problemas con los jóvenes".
La ordenanza también se aplicará en espacios o instalaciones de titularidad privada cuando las actividades desarrolladas "puedan afectar negativamente la convivencia y el civismo". Asimismo, la normativa insta a los turistas a colaborar en el fomento del civismo informándoles de las principales normas de conducta a través de las asociaciones hoteleras, los tour operadores o las agencias.
Por otra parte, la normativa obliga a los infractores a "reparar" los perjuicios causados independientemente de la sanción recibida, cuya cuantía tendrá en cuenta algunos factores como la gravedad de la infracción, la intencionalidad o la reincidencia. El texto contempla una rebaja del 50 por ciento en la sanción si el pago se hace efectivo durante los primeros quince días desde su imposición. También podrán sustituirse las multas por sesiones formativas y otras actividades beneficiosas para la comunidad siempre que el infractor esté de acuerdo.
