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Es Passeig

El cuadrilátero de Calvià empieza a transmitir tensión

La evolución de los plenos municipales a lo largo de la legislatura tiene algo de combate de boxeo. Los inicios siempre son de tanteo. Los contendientes se miran, se exploran, amagan, pero les cuesta dar. El combate es largo. A medida que pasan los asaltos, los púgiles entran en materia. Primero, con golpes cortos (´jabs´) y, después, con tortazos, claro (el célebre gancho). En Calvià, se nota esa evolución. A los modales versallescos del inicio de legislatura, les han sucedido los primeros combates en el barro político, donde, a diferencia del boxeo, sí se admiten golpes bajos.

"No se ría cuando hablo"

A los regidores se les vio muy susceptibles en el último pleno. Al alcalde Alfonso Rodríguez Badal, por ejemplo, no le gustaron los gestos de la edil del PP Raquel Sánchez dándose una palmada en la mejilla cuando intervenía el equipo de gobierno, en un gesto interpretable como "vaya cara más dura". "No se toque la cara", le reconvino. También fue cortante el regidor del PP Juan Feliu con la edil socialista Mayte Albertí. "No se ría ni ponga gestos cuando hablo", le soltó.

Azote de la oposición

Para momento tenso, el que protagonizó el teniente de alcalde Antoni García Moles (PSOE), quien, con su estilo cortante y sarcástico, se está ganando a pulso la etiqueta de ´azote de la oposición´. En un punto del debate, empezó a hablar, pero se calló mientras miraba fijamente cómo el portavoz del PP, José Manuel Ruiz, consultaba algo con su grupo. Tras un silencio incómodo, García Moles dijo, secamente: "Yo les espero, señor Ruiz". El edil ´popular´ protestó encarecidamente ante el alcalde por esa actitud.

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