El Ayuntamiento de Inca ha logrado un ahorro de una media de 1.032 metros cúbicos de agua al mes tras subsanar importantes fugas detectadas en la red. Cabe destacar que un metro cúbico de agua equivale aproximadamente a una tonelada.

Esta circunstancia supone un doble ahorro. Por una parte, el mayor es el de consumo de agua, que ahora mismo es una cuestión que dispara alarmas debido a la sequía; por otra parte, supone un ahorro energético al tener que extraer menos líquido de los pozos municipales.

Àngel Garcia, teniente de alcalde de Medio Ambiente, apunta que "el anterior equipo de gobierno disponía de un plan de detección de fugas muy ambicioso, que era muy bueno, pero que hemos decidido no aplicar debido a un inconveniente que presentaba. El plan permitía detectar la totalidad de fugas, cuantificado aproximadamente en un 40% del total de agua que inyectamos en la red, pero no preveía su inmediata resolución. Nosotros estamos ahora ejecutando pequeñas actuaciones, pero en cuanto detectamos una fuga la resolvemos inmediatamente".

De la forma que describe Garcia se han solventado desde principios de año un total de 22 fugas, 16 de ellas muy importantes.

Antes de arreglar estos desperfectos de la red la media de agua que se inyectaba en las conducciones era de 7.419 toneladas mensuales. La media del mes de enero de este año ha sido de 7.254 toneladas de agua al mes. Pero esta media se ha visto aún más reducida durante el mes de febrero en que ha sido de 6.386 toneladas.

Sectorización

Garcia explica, además, que se está aplicando un proyecto de sectorización de la red. "Empezamos por el barrio de Crist Rei. Lo que pretendemos es establecer una división, de forma que en cuanto se detecte una fuga o una avería no se tenga que cortar el agua de todo el vecindario sino sólo al sector afectado, que pueden ser varias calles", indica.

Para incidir en una mejor gestión del agua, el pleno municipal aprobó el jueves una propuesta de Independents d´Inca en la que se pide al Govern una ley del ciclo del agua. La propuesta propone que "se ponga en marcha de manera inmediata un plan que obligue a los ayuntamientos a renovar sus correspondientes redes de agua potable, instalando tecnología para actuar contra las fugas, con el objetivo de reducir a menos del 10% las pérdidas de agua potable de su municipio antes de 10 años (2027)".

Además, se tendría que implementar otro plan, a 25 años, para construir la separación de las redes de alcantarillado y pluviales, dando un uso alternativo a las aguas pluviales, destinándolas, por ejemplo, al regadío.