El robo de 9.000 euros de la caja fuerte del colegio Mestre Guillem Galmés de Sant Llorenç ha encendido las alarmas y la preocupación entre las familias afectadas, muchas de las cuales acababan de pagar esta semana los viajes de estudios para que sus hijos pudieran conocer Catalunya. En total más de un centenar de alumnos de quinto y sexto curso, que ven ahora como sus ilusiones quedan de momento en el aire.

La incertidumbre ha hecho que desde el Ayuntamiento y el centro escolar se haya convocado para este mediodía un Consell Escolar extraordinario con representantes de la asociación de padres y madres, "con la intención de dar a conocer el estado de las cosas y poder encontrar soluciones", confirmaba ayer el jefe de estudios del centro, Pep Soler. La cuestión principal está en saber si existe algún tipo de seguro municipal para el edificio que cubra el hurto o si de lo contrario deberán ponerse en marcha una serie de iniciativas para poder recaudar de nuevo el dinero perdido.

Por su parte el alcalde llorencí, Mateu Puigròs, además de lamentar el suceso ocurrido la noche del lunes, se mostraba ayer preocupado ante los últimos robos que ha sufrido el pueblo, como el registrado también este pasado domingo en la parroquia. "No creemos que haya conexión entre uno y otro, pero debemos estar atentos". De hecho Puigròs ha anunciado que se intensificará la vigilancia policial en el municipio y la coordinación entre el cuerpo de agentes locales y la Guardia Civil de Artà, a la que pertenece Sant Llorenç, y que fue quien el martes por la mañana acudió al centro y tomó las huellas pertinentes para tratar de aclarar lo sucedido.

Los ladrones, que no forzaron la puerta de entrada, sí que en cambio provocaron distintos destrozos en cerraduras de despachos y mobiliario escolar, hasta encontrar la caja fuerte de la que sustrajeron un botín, en el que además había dinero también de excursiones.