Los hoteleros de Pollença, que hasta ahora habían mantenido un silencio prudente sobre las obras de semipeatonalización que se llevan a cabo en la primera línea del Port, alzaron ayer la voz para reclamar al ayuntamiento de Pollença y a la empresa adjudicataria del proyecto que las obras, que acumulan un "evidente e importante retraso", se dividan en dos fases diferentes para que no perjudiquen el "inminente inicio" de la temporada turística.

La Asociación Hotelera de Pollença solicitó al Ayuntamiento la pasada semana una reunión urgente con la empresa adjudicataria de las obras y con la junta rectora del Consorcio de la Bolsa de Alojamientos Turísticos, entidad pública que financia una parte del proyecto con 600.000 euros, para plantear la posibilidad de modificar el calendario de las obras. Finalmente, la reunión se producirá hoy en el Ayuntamiento pollencí.

Según explicó ayer la asociación, las obras tenían una duración prevista de seis meses, "pero a fecha de hoy, cuatro meses después del inicio de las obras, solo se ha realizado la demolición de las aceras y paseo peatonal hasta la calle Bot, lo que supone aproximadamente el 50 por ciento del trazado". Los hoteleros recuerdan que todavía están pendientes las obras de pavimentación y las instalaciones del tramo en el que se han desarrollado las obras y que en el 50 por ciento restante "no se ha realizado ningún trabajo".

La asociación hotelera, que asegura que cuenta con el apoyo de la asociación de vecinos del Moll y de la asociación de empresas de viviendas turísticas vacacionales, también con sede en Pollença, tiene previsto solicitar a la empresa constructora que "este año se limite a finalizar las obras del primer tramo y se posponga la ejecución del resto del trazado hasta la próxima temporada de invierno".

El presidente de la asociación hotelera, Ramón Cunill, señaló que "lo importante ahora es finalizar cuanto antes las obras en el tramo ya demolido para perjudicar lo menos posible a los turistas", ya que "en menos de un mes empiezan a abrir comercios, restaurantes y hoteles". A su entender, "empezar ahora la demolición del resto del trazado sería una absoluta irresponsabilidad que implicaría que las obras se alargarían hasta la temporada alta", lo que implicaría un "caos" en la primera línea.

La intención del Ayuntamiento era finalizar el proyecto antes de junio, incluyendo un parón de unas dos semanas por Pascua.