La tradicional romería popular hasta la patrimonial iglesia ubicada a unos cuatro kilómetros de Campos, cerca de la carretera de la Colònia, atrajo ayer a un elevado número de ciudadanos. La inestabilidad meteorológica no impidió una fiesta a la que asistieron la Coraleta y los Óssos de Pinyol Vermell. El programa incluía a su vez juegos, talleres, Cavallers des Pla y comida.