La inusual temperatura primaveral y la ausencia de lluvias ha provocado este año una alarmante proliferación de procesionaria del pino (Thaumetopoea pityocampa), según confirman diferentes ayuntamientos y la conselleria de Medio Ambiente.
La afectación de la procesionaria está considerada una plaga que en Mallorca, en especial, está teniendo efectos muy negativos sobre la población de pinos. Cristòfol Barceló, alcalde delegado de Caimari y concejal de Medio Ambiente de Selva, uno de los municipios con mayor extensión de bosques de pino carrasco (Pinus halepensis) -el más habitual en Balears-, explica que "lo normal, en el ciclo vital de la procesionaria es que las orugas dejen las bolsas a principio de la primavera y no en estas fechas. De hecho, en nuestro municipio cada año organizamos jornadas, en colaboración con los cazadores locales, para disparar a las bolsas y este año nos hemos encontrado ya con muchas de ellas vacías".
Debilidad
Barceló explica que "este año la afectación de la procesionaria es tan dura para los árboles que los ha debilitado en exceso y ello ha posibilitado que otras enfermedades acabasen con muchos de ellos". El Ayuntamiento de Selva ha confirmado que en algunas zonas de la comuna de Caimari la muerte de pinos afecta al 30% de la población.
Diferentes especialistas han confirmado también un aumento especial de consultas médicas de pacientes afectados por irritaciones causadas por las pilosidades de orugas.
Combatir la procesionaria es difícil, aunque existen métodos eficaces, porque no hay un organismo competente y autorizado para actuar en todo el territorio. La conselleria de Medio Ambiente es competente en los montes públicos, excepto en los municipales, donde, junto a los parques y jardines, quien tiene las competencias son los respectivos ayuntamientos. En los fincas privadas la responsabilidad es del propietario. Fuentes del Govern explican que "por mucho que se trabaje en los montes públicos no sirve de nada si muchas fincas privadas, en las que no se hacen tratamientos, o están directamente abandonadas, siguen siendo auténticos viveros".
