-Para hacernos una idea, ¿con qué podríamos comparar la producción anual de Santa Cirga?
-Producirá unos 70 millones de kilovatios al año, o sea, la potencia contratada por unas 15.000 viviendas de cuatro personas.
-¿Ven al fin la luz al final del túnel?
-Más bien estamos a oscuras en medio del túnel [sonríe]. Al menos hasta que la Comisión Balear de Medio Ambiente ratifique lo que han dicho siempre los técnicos.
-¿Pero es optimista?
-Sí, eso sí. La última resolución de la dirección general de Energía nos da la razón y creo que es un signo de que el Govern apuesta por el desarrollo de las renovables... pese a todas las presiones políticas.
-¿Todavía las hay?
-Todavía.
-¿Hasta el punto que han influido en la dilatación del proyecto?
-Desde que en marzo de 2015, presentamos el recurso contra la resolución política de Medio Ambiente que tumbaba el parque en contra de los criterios de sus propios técnicos, tuvieron que pasar ocho meses y un cambio de Govern para que finalmente se nos diera la razón.
-¿Empezará a construirse antes de que termine 2016?
-No hay motivos para pensar lo contrario. Técnicamente está todo correcto. Si no es a finales de 2016, será a principios de 2017.
-Ha habido alguna crítica en cuanto al consumo de territorio ¿Ha tenido la sensación de ser comparado con un promotor que destroza la costa?
-Siempre hay alguna comparación maliciosa, pero no es la realidad. Estos terrenos están alquilados a una propiedad que podrá recuperarlos en 25 o 30 años (hay una posible prórroga de cinco). Si todos los paneles se desmontaran sería como si no hubiera habido nada. Además, tanto con el Govern como con la familia March, hay firmado un aval para el desmontaje. No hay comparación entre una promoción de edificios y un parque solar que ofrecerá beneficios medioambientales a toda una comunidad. Con el parque fotovoltaico consumimos el 0,025% de la superficie de Mallorca; contando solo los paneles, un 0,012%. En estos momentos solo un 3% de la energía producida en las islas proviene de las renovables, y un 2% de ese porcentaje de los parques fotovoltaicos. Creo que esa debe ser la apuesta.
-O sea que en Santa Cirga no habrá hormigón
-Los paneles van anclados a la tierra por medio de unos pivotes a presión. Si se quieren quitar, tendrán que venir unas máquinas porque quedan bien sujetos, pero eso es todo. El único hormigón será el utilizado para hacer las soleras de las casetas de control de la instalación, pero porque no queda más remedio. En todo caso, solo hemos tenido protestas puntuales en este sentido.
-¿Cuáles?
-La de determinados vecinos de la zona, que dicen que les vamos a arruinar las vistas. Constituyeron una asociación de afectados con la que presentaron siete u ocho alegaciones. Algunos de ellos siguen teniendo mucho peso dentro de la política balear...
-¿No me dará nombres?
-Todos lo saben pero nadie se atreve a decirlo.
-Un prado espectacular... ¿Qué les diría a los que critican que ya no podrán contemplarlo cuando pasen en coche de Manacor a Porto Cristo?
-Que hay que pensar primero en el beneficio ambiental que puede conllevar un parque como este. Es evidente que es una inversión que está pensada para tener un rédito económico, pero ¿realmente queremos el modelo actual de consumo de energía? Mire, en estos campos solo se cultivaba avena y forraje de secano. La propiedad no quería explotarlos más, e incluso pensó en la posibilidad de sembrarlo de invernaderos. Aquí no se ha tenido que talar un solo árbol, y ya hemos dado de baja los terrenos en el registro agrario para no optar a subvenciones en ese sentido. Siempre hemos intentado hacer las cosas bien.
-¿Va a haber algún tipo de barrera natural para que no se vean las placas?
-Una doble y siguiendo todo el perímetro que ocupamos. Nos gastaremos entre 300.000 y 400.000 euros entre las dos. La primera más de cobertura y la de detrás formada por almendros y árboles frutales, lo mismo que en los caminos interiores de la instalación. Además, dentro introduciremos ovejas para el mantenimiento y limpieza de los terrenos.
-¿Fue complicado encontrar una explanada como la de Santa Cirga?
-Sobre todo lugares que no estuvieran afectadas por restricciones ambientales. Antes de Manacor pensamos en instalarnos en Artà o Llucmajor, pero lo descartamos.
-¿Con la reducción de 90 a 70 hectáreas, el parque sigue siendo rentable?
-Con los precios actuales son rentables hasta 40 o 50 megavatios. Hay que tener en cuenta que los terrenos no son baratos, pero con la reducción del 20% de la superficie también baja en 10 millones la inversión.
-¿Qué gana el ayuntamiento de Manacor en todo esto?
-Para empezar sobre 1,5 millones en licencias de obra, y después sobre los 50.000 euros en impuestos al año.
