Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Patrimonio

Sa Quarentena languidece pendiente de contenciosos

Se trata de un emblemático edificio que antiguamente constituyó un lazareto y que actualmente alberga 'okupas'

Parte del histórico muro de piedra del antiguo lazareto ha caído y se encuentra vallado.

La casa de la Quarentena es una herencia que Feliciano Fuster dejó a más de una decena herederos, entre ellos el consistorio de Alcúdia, y que está en proceso judicial desde hace un año.

Según el alcalde, Antoni Mir, la administración de propiedad es competencia del ayuntamiento aunque se actúa con prudencia hasta que se emita la resolución judicial. No obstante, el estado de dejadez del edificio y su finca es más que evidente. Eso ha propiciado que fuera ocupada en alguna ocasión.

A día de hoy Mir tiene constancia que en el edificio habita una mujer a quien no "queremos dejar en la calle sin más por lo que hay que tener muy en cuenta cómo llevar a cabo la situación", explica el alcalde.

La entrada a la finca se sitúa frente a las dependencias de la antigua piscina de Gesa, área en la que se ubican diferentes propiedades de la antigua empresa energética.

Originalmente, el inmueble era un lazareto, construcción típica de las zonas portuarias. La función de este tipo de inmuebles era controlar el tráfico de personas que llegaban al puerto, a fin de detectar posibles plagas.

Años más tarde, la familia del fallecido Feliciano Fuster compró la propiedad para convertirla en una residencia. Un inmueble que terminó heredando su hijo, antiguo presidente de la empresa Endesa.

El otro lado de la Calle Gabriel Roca es propiedad de la Autoridad Portuaria y, según explica el alcalde, también se trata de un tema judicializado.

El terreno comprende la piscina municipal de Gesa y una zona verde con un parque, competencia del ayuntamiento según reza un convenio que la Autoridad Portuaria quiere modificar para cobrar 40.000 euros por su uso durante los meses de verano.

Uso

Mir afirma que la intención del ayuntamiento es mantener el uso de la piscina y la zona verde por encima de todo aunque se niega a pagar la cantidad que demanda la Autoridad Portuaria. El alcalde sostiene que existen unas negociaciones pero que en absoluto accederá a pagar la cifra que demanda el ejecutivo de puertos. Mir da de plazo para las negociaciones hasta el 31 de mayo.

Una de las mesas destinadas a picnic del parque de la Autoridad Portuaria que ha sido objeto de actos vandálicos. VICTÒRIA CÀNAVES

Mientras se clarifica la situación, tanto los alrededores de sa Quarentena como el parque situado enfrente languidecen y se degradan de forma evidente. Recientemente se cayó parte del muro de piedra de sa Quarentena que permanece vallado para evitar mayores peligros. Por lo que se refiere al parque, los desperfectos son múltiples, tanto en el arbolado como en el mobiliario.

Compartir el artículo

stats