Cada 1 de febrero, Son Servera recuerda la tragedia que padeció la población durante la peste de 1820, donde fallecieron más de la mitad de sus habitantes. La celebración coincide con la fecha en que se retiró el cordón militar que mantenía el pueblo aislado del resto de la isla, el 1 de febrero de 1821. Desde entonces, y tras ser declarado por el Consistorio fiesta preceptiva, el pueblo viene recordando la efeméride con distintos actos.

Algunos continúan igual, es el caso del religioso, que cuenta con la presencia de los mandatarios municipales y donde cada año un predicador diferente y ajeno a la parroquia local, rememora los hechos históricos, relatados desde una particular visión. En esta ocasión el encargado fue el prior de La Sang, Lluc Riera, quien al finalizar el acto religioso recibió una ovación de los feligreses por su intervención.

Otra cita, propia de esta efeméride (festividad de Sant Ignasi) y que lleva celebrándose diez años, es la entrega de los Premis Metge Joan Lliteres, que concede el Ayuntamiento y que están dotados con 1.000 euros. En esta ocasión el galardonado fue la Asociación de Celíacos de las Islas Baleares, por su labor con las personas afectadas por la intolerancia permanente al gluten. Recogió el galardón su presidenta, Lluïsa Serra, quien agradeció al pueblo serverí el hecho de haberles otorgado su primer premio.

Finalmente, y con más solera que los Premis Metge Joan Lliteres, se entregaron los premios de poesía, que cada año, celebran los centros escolares del municipio y que premian a las mejores composiciones que recuerdan los hechos acaecidos durante la peste bubónica del 1820.

Este año después de la entrega de los premios Metge Lliteres se repartió una publicación del serverí Mateu Servera Riera, titulada Es naixement d'un poble, Son Servera 1821 a 1975.