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Pesca

Los pescadores logran mantener las capturas con una flota más reducida

Las cofradías de Balears celebran el "estado muy óptimo" de los recursos y la bajada del precio del combustible pero lamentan los efectos de la globalización y los cambios de hábito del mercado

Un grupo de pescadores, en plena faena en alta mar en aguas de Mallorca. Pep Córcoles

La flota pesquera balear logró mantener durante el pasado año 2015 un volumen de capturas similar a la media registrada en los últimos cinco años a pesar de que la flota de arrastre se ha visto reducida en doce embarcaciones durante este periodo de tiempo. Pese a todas las dificultades que arrastra el sector, sometido "a todo tipo de presiones", según el secretario general de la Federación de Cofradías de Pescadores, Antoni Garau Coll, las cifras constatan que la situación de los re0cursos pesqueros se encuentra en un "estado muy óptimo" que permite ver el futuro con una cierta esperanza.

Las cofradías de Balears capturaron un total de 3.347 toneladas de pescado en todo el año 2015, una cifra muy similar a las registradas desde 2010, con un valor de mercado (el precio bruto de la primera venta) que alcanza los 20,3 millones de euros. En lo que respecta a la flota de Mallorca, las capturas fueron de 2.485 toneladas, con un valor económico total de 13,8 millones de euros. Las capturas realizadas en Mallorca suponen el 74,25 por ciento del total registrado en todo el archipiélago balear.

La flota pesquera balear está compuesta actualmente por 265 artes menores, 43 arrastreros, 7 cerqueros, dos palangreros de superficie y un total de 600 tripulantes. La pérdida de doce buques en los últimos años, un treinta por ciento de la flota de arrastre, no se ha traducido en una merma en el número de capturas.

Las especies que suelen capturar en su mayoría los pescadores baleares van desde la gamba roja, la langosta roja, el 'cap roig' o el 'déntol', entre el pescado con más valor de mercado, hasta la 'llampuga', el 'jonguillo', la sepia, el calamar, la sardina, la morralla, el boquerón, el pulpo o el rape, por citar algunas de las especies con mayor demanda entre los consumidores. Actualmente, la cuota de mercado de los pescadores baleares alcanza el quince por ciento del consumo total de pescado en la comunidad.

Los buenos datos de capturas se complementan con una buena situación respecto al precio actual del combustible, que "ya no acosa" al sector. El primer coste de explotación de una parte importante de la flota balear se ha situado a los niveles de hace doce años. "Ahora los precios están por debajo de la mitad de lo que estaban hace unos años y todo indica que seguirán a la baja, aunque tampoco se puede garantizar nada", apunta Antoni Garau. En cualquier caso, los pescadores ya no están con el agua al cuello por el precio del combustible, lo que se traduce en un mayor margen de beneficio.

Los principales retos

No todo son buenas noticias para el sector pesquero. Preocupan, y mucho, los efectos de la nueva política comunitaria, en la que "los legisladores han ejercido el café para todos" sin tener en cuenta las características propias del Mediterráneo, muy diferentes a las del Atlántico que se toman como referencia.

La globalización se apunta como uno de los principales problemas del sector, que "tiene enormes dificultades para mantener su posición en el mercado", según apunta el secretario de la federación de cofradías. "Acude rápidamente pescado de cualquier parte del mundo, de menor calidad y con una única virtud, su bajo precio", lamenta Garau. A pesar de que el pescado capturado por la flota de Balears es fresco y de gran calidad, "la falta de información y las carencias en las políticas de etiquetaje" convierten al producto frigorizado pescado en otras partes del mundo en un serio competidor. "La gente va a lo barato".

Los pescadores baleares también sufren las consecuencias del cambio en los hábitos de consumo. "Hoy existe una demanda menor de las especies tradicionales que nuestras madres y abuelas cocinaban", explica Antoni Garau. La gente ya no acude tanto al mercado en busca de pescado local fresco y, además, se decanta por el producto ya limpio. Estas circunstancias obligan al sector a "cambiar de estrategia" y potenciar la promoción de los productos locales, que "debe ser sostenida, con degustaciones incluidas".

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