La fábrica de cemento de Lloseta, propiedad de Cemex ha conseguido reducir sus emisiones de dióxido de carbono (CO2) en 13.730 toneladas durante el año 2015. Este dato -el equivalente al que emitirían aproximadamente 1.000 vehículos circulando, cada uno de ellos, una media de 15.000 kilómetros al año- se dio a conocer ayer, jornada elegida por Naciones Unidas para celebrar el Día Mundial por la reducción de las emisiones de CO2, también conocido como Día Mundial de la Acción frente al Calentamiento Terrestre.

Reducir el impacto de las actividades industriales en el entorno es uno de los principales compromisos adquiridos por Cemex, según explica la empresa. Para ello dispone de una política medioambiental orientada a conseguir "una industria baja en carbono y un uso eficiente de los recursos". Los tres principales objetivos de Cemex para combatir el calentamiento global se centran en optimizar su huella de carbono - "a través del uso de materias primas y combustibles alternativos- y la gestión ambiental, preservando la tierra, la biodiversidad y el agua, así como en minimizar las emisiones a la atmósfera", manifesta.

El cambio climático es uno de los retos globales más críticos de este siglo, cuya causa se encuentra principalmente en las actividades que realiza el hombre y que producen emisiones de CO2. "Cemex, consciente de este hecho, se vuelca en aplicar las mejores tecnologías disponibles en el mercado y las mejores prácticas que contribuyan a reducir el calentamiento global", indica un portavoz.

Combustibles alternativos

Actualmente, el principal medio de reducir las emisiones de CO2 generadas durante la combustión es "el uso de combustibles alternativos". La utilización como combustible de diferentes materiales cuyo destino es el vertedero permite recuperar la energía que contienen al tiempo que se contribuye al ahorro de combustibles fósiles finitos y consecuentemente a la reducción de emisiones de CO2.