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Sóller

La ampliación que nunca se hizo

Hoy hace veinte años que 1.500 personas se manifestaron contra las faraónicas obras de mejora previstas en la carretera Sóller-Deià

Imagen de la protesta llevada a cabo en Sóller hace dos décadas contra el proyecto viario. M. Massuti

Unas 1.500 personas, en su mayoría vecinos de Sóller, protagonizaron una gran protesta en el valle contra las obras de ampliación que entonces estaba llevando a cabo el Govern balear en la carretera que une Sóller con Deià. Hace hoy justamente 20 años los sollerics salían a la calle para reclamar un cambio en el proyecto para una mejor integración de una obra por la que el Govern acabó por tirar la toalla. La mejora de la vía nunca llegó a concluirse. Fue el colofón a varios años de protestas por una obra que no contentaba a nadie.

Hay que remontarse a principios de la década de los años noventa del siglo pasado cuando el Govern proyectó reformar la carretera Sóller-Deià, una vía que era estrecha, con baches, sinuosa y tremendamente complicada para los conductores. El proyecto nació con la oposición de numerosas entidades de ámbito social y ecologista e incluso de la ciudadanía.

El Govern proponía construir una carretera cuasi faraónica, el doble de ancha de la existente, muy recta y con varios viaductos de gran altura para sortear la escarpada orografía del terreno. El impacto paisajístico sobre la zona era más que evidente.

500 millones de pesetas

La administración destinó más de 500 millones de pesetas a una mejora que nació con polémica pese a tener un recorrido de apenas diez kilómetros. Fragmentó el proyecto y adjudicó los primeros trabajos a Bayopsa, empresa que acometió la reforma entre el núcleo de Sóller y la zona de s'Heretat en el que supuestamente había menor oposición.

Pronto surgieron problemas técnicos, quejas por los acabados de muros y pretiles de piedra y por la dimensión que, por ende, alcanzaba el proyecto. A ello se le sumaron los de índole económico de la contratista, que acabó en quiebra y con las obras a medio terminar.

La unión de empresas Ferrovial y Man (Ferroman) fue la encargada de proseguir las polémicas mejoras en un tramo de 2,5 kilómetros. La oposición a la reforma fue tal que incluso se registraron varios atentados contra la maquinaria que trabajaba en la obra.

La reforma de la vía se contextualizaba en una época de grandes temores urbanísticos en Sóller. Se aceleraba la perforación del túnel, se cernía el proyecto fracasado del puerto deportivo promovido por el empresario Antonio Cuart, se hacían los primeros proyectos del trasvase de Sa Costera (que incluso preveía llevarse agua de Sóller) y la Trasmediterránea planteaba crear una línea marítima entre Sóller y Barcelona con un buque rápido.

El Govern claudica

En este contexto, la ciudadanía salió a la calle para protestar y reclamar un proyecto más integrado en el paisaje de la Serra.Hace ahora 20 años estaba a punto de concluirse la primera fase de la reforma de la carretera de Deià. El president del Govern, Cristòfol Soler, tuvo que lidiar ante los ciudadanos y asumió lo que los sollerics reclamaban.

Al final, el departamento de Obras Públicas de la conselleria de Fomeno, que entonces dirigía Gabriel Le-Senne, desistió, tiró la toalla y renunció a la mejora integral de la carretera. El proyecto que tenía que abarcar 10 kilómetros de vía quedó reducido a la mejora de una cuarta parte de su trazado y, con el pretexto de que no había partida presupuestaria, la administración acabó para echar en el cajón el proyecto de reforma.

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