Cala Rajada volvió a vivir ayer su particular revolución festiva de cada finales del mes de enero. El programa, el ritual de costumbre: a las 14.30 horas repique de campanas y a las 15, salida de los esperados dimonis de la cotxeria den Toni Miquelet (en la plaza dels Mariners) acompañados de la Banda de Música y encuentro ante la iglesia de la Mare de Déu del Carme, donde cumpliendo la tradición ancestral gabellina, rompieron la cruz de mata. A continuación, corregudes pel poble.

Camisas blancas y pañuelos rojos vistieron a una marea humana entusiasmada con la celebración. Sobre las 19 horas, aviso con cohetes y encendido de foguerons, algunos de los cuales visitados por dimonis y banda.