El amanecer completamente despejado, aunque muy frío, disipó las dudas sobre si la revetlla de Sant Antoni, que estrenaba la declaración de Festa d'Interés Cultural, se viera deslucida por las adversidades metereológicas.

Durante la mañana se observó como iban llegando visitantes foráneos, en tren o en automóvil, dispuestos a vivir todos los detalles de la fiesta, mientras las amas de casa se afanaban en el trajín de la elaboración y cocción de las últimas espinagades y cocas. Comenzaba la fiesta, con más entrega y mayor participación por el hecho de ser sábado.

Puntuales a su cita, a las 14,30, salieron los dimonis de Sant Antoni a recorrer las calles y plazas de la población, haciendo las delicias de la chiquillería que correteaba por delante y detrás de ellos, mientras el paciente Santo de barba blanca, cayado en una mano y libreto de oraciones en la otra, les espantaba con sus señales de la cruz. En sus correrías callejeras, los dimonis rindieron visita de pleitesía a todos y cada uno de los bares que se encuentraban por el camino para aplacar su encendida sed infernal y tomar fuerzas para seguir su largo recorrido.

La fiesta entró en su fase más ceremoniosa con la interpretación del Ceremonial de la Sanció Històrica. Se trata de la lectura escenificada de una invitación a todos los pobladores, a pie de calle, por parte del primer consistorio pobler, enmarcada en el año 1300. Un fragmento de la obra de Alexandre Ballester que lleva el mismo título, que se escenifica desde el año 2010.

La última lectura se pronuncia ante la Casa Consistorial y forma parte del acto de recepción de las autoridades encabezadas por el alcalde Biel Ferragut. La presidenta del Govern, Francina Armengol , presidió una amplia comitiva política. Seguidamente se dirigen hacia el templo parroquial para asistir a la celebración de las solemnes Completes, acompañados por los dimonis paralímpics del Grif, y los dimonis d'Albopàs, de la Obreria y el Ayuntamiento, con los sones de la Banda de Música de sa Pobla.

Completes y piromusical

Los que ayer asistieron al acto religioso de Completes, abarrotando el templo parroquial, pudieron disfrutar de un acto excepcional que solamente se repite los años en que el calendario enmarca la festividad en domingo, como es la entrada de los Caparrots en la iglesia. Los cabezudos entraron en el templo antes de que el Clamater, Guillem Capó Cerol pronunciara el emocionante 'Visca Sant Antoni!'. En el establecido ritual, los simbólicos personajes, después de la aclamación, se dirigieron con una cumplida reverencia hacia el altar mayor y otra hacia los feligreses y salieron del templo a los acordes musicales de la pieza musical Linda Palma, interpretada por la banda de musica local.

El espectáculo más esperado de la noche aglomeró en la Plaza Mayor a unas 12.000 personas, aforo máximo calculado y controlado por los distintos cuerpos de seguridad. Tras el entusiasmante baile de los dimonis, cabezudos mayores e infantiles, el espectacular piromusical puso el preludio sonoro y multicolor a una noche iluminada y calentada por las llamas de 240 foguerons repartidos a lo largo y ancho del cuadriculado casco de un pueblo cuyos moradores lanzaron al vuelo gemidos de ximbomba y profundas voces entonando significativas y, algunas punzantes, glosas.

Comenzaba así para los más nostálgicos el especial embrujo de la añorada Nit Bruixa Poblera. Para otros empezaba una larga noche de borrachera en la abarrotada barra del bar o de botellón al amparo de una fría oscuridad de incierto amanecer. Fuera como fuera la septuagésimo-centenaria histórica fiesta poblera siguió perpetuándose con su propia identidad.