El solleric Joan Bernat y la bunyolina Carme Borràs han dejado sus quehaceres diarios para prestar auxilio a los refugiados de Siria. Para ello, se han trasladado a la isla griega de Lesbos donde toda esta semana trabajan, junto con un grupo de bomberos voluntarios españoles, en ayudar a los refugiados que llegan en barcazas a la isla griega procedentes de las costas de Turquía.

Después de realizar un agotador viaje en avión que los llevó desde Palma, a Barcelona, Atenas y finalmente a Lesbos, los mallorquines se encuentran en la ciudad costera de Mytilini.

Allí comparten campamento con el personal de emergencias del proyecto PROEMAID de Andalucía, a la que la entidad Sóller amb els Refugiats le hizo donación del dinero que se ha recogido en el valle para ayudar en las tareas de atención humanitaria a los miles de refugiados que parten de la guerra de Siria. Pagándose los gastos de su bolsillo, los dos mallorquines se han sumado a las tareas que realizan otros voluntarios españoles.

De guardia en la costa

Joan Bernat explica: "Realizamos guardia en la costa a la espera de divisar alguna embarcación cargada con refugiados". Una vez que la detectan, "los ayudamos a llegar a la costa para prestarles la atención básica: les damos ropa, abrigo y, sin duda, los tranquilizamos y les damos el cariño que necesitan estas personas que llegan sin prácticamente nada y exhaustos a las costas de Lesbos", afirma Joan Bernat, quien asegura que el panorama con el que se encuentran "es muy duro".

Los mallorquines realizan turnos de trabajo junto con el personal de emergencias andaluz. "Estamos de guardia toda la noche a la espera de que lleguen embarcaciones, aunque esta noche pasada ha sido tranquila porque no ha llegado ninguna", asegura el voluntario solleric, quien asegura que "se trata de una experiencia única que es muy difícil de explicar".

Campo de refugiados

El lugar elegido para realizar estas tareas es el municipio de Mytilini, muy próximo al aeropuerto de la isla, al ser el lugar más cercano de Lesbos de las costas turcas que se encuentran a tan solo 21 kilómetros de distancia.

Además de realizar los turnos de guardia, los mallorquines han visitado el campo de refugiados que hay en esta parte de la isla donde miles de refugiados esperan su oportunidad para saltar al continente e iniciar su sueño europeo.

En los próximos días esperan poder viajar hasta Turquía para conocer más de cerca el problema de los refugiados.

Aparte de la vivencia personal que supone para Joan Bernat y Carme Borràs trabajar en desembarco de refugiados, la preocupación actual se centra en la cuestión económica. El proyecto por el cual trabajan finalizará su presupuesto a finales de este mes, por lo que desde Lesbos los mallorquines piden la colaboración ciudadana para ayudar a financiar el proyecto promovido por PROEMAID.