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Artà

La urgencia de salvar Bellpuig

Sin apenas cuidados desde hace décadas, el que fuera monasterio premostratense y una de las pocas muestras que quedan en pie de la arquitectura religiosa de repoblación catalana, apuntala una ruina demasiado preocupante

La urgencia de salvar Bellpuig

La iglesia y antiguo monasterio de Bellpuig, a escasos dos kilómetros de Artà, languidecen. Y lo hacen fruto de la dejadez continuada tanto del Consell, a quien pertenece su cuidado, como del Govern, responsable último de que las subvenciones estatales y europeas lleguen y lo hagan con premura. Ni una cosa ni la otra. Tal ha sido la degradación durante los últimos veinte años, que incluso se teme por el derrumbe de ciertas estructuras históricas, apuntaladas y vetadas a las visitas por plásticos y carteles de ruina.

Este pasado mes de diciembre, ante las numerosas críticas y rumores que apuntaban a la caducidad de subvenciones estatutarias por valor de 1,1 millones de euros, o incluso a la derivación de esas ayudas estatales hacia la compra del edificio de la antigua cooperativa vinícola de Es Sindicat de Felanitx, el Consell tuvo que salir a apagar el fuego.

Los consellers de Cultura y Patrimonio, Francesc Miralles y de Hacienda y Turismo, Cosme Bonet, tuvieron que asegurar públicamente la llegada, de una forma u otra, del dinero: "Esta legislatura habrá Bellpuig", manifestó Miralles, quien anunció que la institución insular asumirá en su presupuestos el total de la inversión; al tiempo que abrirá una foro participativo con el ayuntamiento de Artà, para decidir qué se hace y cómo.

Pero, ¿Realmente es bueno albergar esperanzas de que haya una intervención efectiva en 2016?. "No lo sabemos. Son tantos los años de espera que ya no esperamos nada, es así de triste. Es una lástima que nosotros no tengamos a alguien famoso detrás como tiene Felanitx con Miquel Barceló o Llucmajor con Maria del Mar Bonet, que apoya la consecución del centro internacional de fotografía Toni Catany", explican desde Alternativa per Artà, uno de los tres partidos que forman el gobierno municipal, e históricamente preocupado por el cuidado del patrimonio local.

El proyecto inicial de 2001, donde se preveía emplazar un centro de interpretación, está prácticamente descartado tanto por el Ayuntamiento como por el Consell. El alcalde de Artà, Tolo Gili, no descarta sin embargo una futura inversión para crear un proyecto turístico con las riquezas patrimoniales del municipio.

Bellpuig es una de las pocas muestras arquitectónicas que quedan en la isla de construcciones religiosas de repoblación, fechada en tiempo de la conquista catalana, en la primera parte del siglo XIII. Su monasterio fue construido por monjes premostratenses en 1240 adoptando el nombre del lugar de origen de la comunidad de procedencia: Santa Maria de Bellpuig de les Avellanes (La Noguera, Cataluña). No obstante, en 1425 los monjes abandonaron el monasterio al regresar a la península, y el conjunto se convirtió en una explotación agrícola.

En mayo de 2004, el pleno del Consell lo declaró Bien de Interés Cultural (BIC). El mismo año en que se redactó un proyecto para la realización de intervenciones puntuales en la iglesia.

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