Dos agentes de la Policía Local de Manacor aparcan su coche patrulla en una esquina de la plaza de sa Bassa, bajan y observan. Tras unos minutos de reflexión, sacan una pequeña cámara toman fotografías de una de las terrazas para, acto seguido, entrar en el local. Tal vez la medida tenga relación con la intención del Ayuntamiento de, una vez iniciado el año, empezar a controlar y en última instancia sancionar o eliminar, a todas aquellas que no cumplan con los permisos o las medidas previstas por la ordenanza municipal. Así lo hizo saber el alcalde Pedro Rosselló (PP) durante el último pleno. Como ya hiciera el anterior equipo de gobierno, se han vuelto a enviar avisos a los infractores alertando de las deficiencias a corregir antes de actuar. Solamente falta actuar.
Pese a que todavía falte una semana para que Manacor se llene de esas pequeñas fallas reivindicativas que jalonan la ciudad durante la víspera de Sant Antoni, ayer algunos ya ardieron entre longanizas y carnes a la brasa. Fue el caso del que tradicionalmente diseña el colegio Jaume Vidal, que lo hace coincidir con el que, a solo unos metros de distancia, da inicio al Assaig dels Goigs en la plaza de la Concòrdia.
