Tomeu Bonet, propietario de la finca donde se encuentra el famoso talaiot de Can Jordi, interpuso el pasado año un recurso contra la subvención otorgada a la campaña de excavaciones arqueológicas 2015-2019 precisamente en el poblado talayótico de Can Jordi (a unos tres kilómetros del pueblo de Santanyí, cerca de la carretera de Cas Concos). Bonet basó su recurso en denunciar "discriminación en proyecto de interés general" y presuntas "irregularidades en el expediente", requiriendo sin éxito por todo ello "la revisión del proyecto y su paralización hasta que se certifiquen las garantías existentes". Recientemente, el Consell ha avalado la campaña -la primera intervención sobre el terreno fue durante el mes de agosto- al no invadir ésta la finca de Bonet.

La dinámica asociación sociocultural Lausa (www.lausa.cat) es la impulsora de las ambiciosas fases de investigaciones, potenciando a su vez la difusión cultural y turística. El plan emprendido dispone de una ayuda de unos 12.000 euros concedida por el Consell, mientras que el ayuntamiento de Santanyí aporta 8.000.

En la parte inicial de la campaña llamó poderosamente la atención el parecido con otro yacimiento de referencia: el montuïrer de Son Fornés. Se calcula que la superficie de terreno que llegó a ocupar este poblado sería de en torno a 12.000 m2. Un primer poblado dataría de entre los años 900 y 500 antes de Cristo.

Bonet, consultado ayer por este diario, explicó que en la notificación que ha recibido, con la que se le comunica que se desestima su recurso, se aclara que la subvención sólo es para la finca que han excavado, de otro propietario. Sin embargo, apunta que se hace mención al sector D, "y pienso que nos toca la medianera nuestra". Por ello no descarta presentar un contencioso. "No tiene sentido que excluyan el monumento más emblemático y les den tanto dinero para una miseria", sentencia.

Asimismo, Bonet tiene previsto reunirse con el alcalde y el Consell. "Me planteo poner barreras para proteger mi monumento, solicitar también una subvención para desarrollar un proyecto arqueológico propio o firmar un convenio para alquilar el yacimiento, estoy dispuesto a escuchar ofertas. Y a mí también, por cierto, me gustaría organizar conciertos durante puestas de sol".