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Marratxí

Pequeñas obras de arte con raíces

El coleccionista de bonsáis Tomeu Juan ha expuesto sus creaciones vegetales en Pòrtol

Dentro de los actos programados por las distintas entidades cívicas, culturales y deportivas del pueblo de Pòrtol, en Marratxí, hace unos días tuvo lugar una exposición de bonsáis en la carpa montada por el ayuntamiento en la plaza de Can Flor, donde se han desarrollado la mayoría de actividades de estas fiestas navideñas.

La palabra 'bonsái' hace referencia al arte de cultivar árboles y plantas reduciendo su tamaño mediante diversas técnicas como el trasplante, la poda, el alambrado o el pinzado y modelando su forma para crear un estilo que recuerde una escena de la naturaleza. Este arte se inició en China hace unos 2.000 años, importándose a Japón hace unos 800 años para irse extendiendo por el resto del mundo. En la actualidad, es un arte que tiene muchos adeptos en todo el planeta.

Los bonsáis que se expusieron en Pòrtol son propiedad del vecino de la localidad Tomeu Juan.

Los árboles que los visitantes pudieron observar iban desde el 'ullastre' pasando por el pino, la encina, la higuera, el ficus o el 'teix', una especie que no podía faltar a la cita.

Hace trece años que Tomeu Juan se dedica al cultivo de los bonsáis. Fue un amigo quien le introdujo en este mundo y le encantó, enganchándose desde el primer momento.

Su colección consta de unos 60 o 70 árboles. No tiene preferencia por ninguno de ellos, ya que para él tienen el mismo valor. Dedica entre siete u ocho horas semanales al cuidado de los árboles. La mayoría son especies autóctonas de nuestra isla a excepción de uno, un manzano japonés que también pudo verse en la muestra de Pòrtol.

En relación al mantenimiento de los bonsáis, Juan explica que deben ser transplantados cada dos o tres años. "Se tiene que estar muy encima de ellos, sino se corre el peligro de perder el árbol", advierte. Uno de los árboles estrella de la exposición fue un 'ullastre', un bonsái por el que el propietario siente una gran preferencia y que le ha costado unos ocho años de trabajo. Igualmente tiene un 'teix' o tejo. Proviene de una semilla, es decir, que lo sembró y cuidó él mismo, a diferencia del resto, que han sido transplantados de la planta natural para modelarla después a su gusto.

Otro de los árboles que llamaron la atención de los visitantes es un ficus que, por su aspecto, es muy semejante al gigantesco árbol que existe en la Misericòrdia de Palma. Tomeu explica que para conseguir la miniatura, el árbol debe estar sembrado en un recipiente e ir cortando los ojos a fin de que no crezca y con el objetivo de darle la forma que uno desea.

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