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El reportaje, Marratxí

Xisco Hernández, 23 años transportando ilusión

Este vecino, especialista en cabalgatas después de ejercer durante más de dos décadas de Rey Mago, relata sus anécdotas más divertidas

Xisco se disfraza de Rey Mago desde el año 1984.

Xisco Hernandez, en el año 2010, fue el último que se vistió de Rey Mago de Oriente, para llevar la felicidad y ilusión a los niños de la localidad. El primer año que llevó el traje fue en 1984, contando únicamente con 18 años de edad, hasta que lo vistió por última vez en 2010.

Únicamente, faltó a la cita anual en los años 1988 y 1989, ya que la cabalgata de Reyes llegó estos años a caballo y él no sabía montar. Los dos primeros años representaba a Gaspar, al igual que en los tres últimos 2008, 2009 y 2010, pero fue Baltasar desde el año 1990 a 2007.

Comenta que en los primeros años se había roto la tradición de llevar los juguetes a las casas y que los Reyes presidían la misa, para posteriormente en el interior del templo efectuar el tradicional discurso y posterior reparto de juguetes. En el año 1990, y hasta ahora, se volvió a recuperar la tradición de repartir los juguetes por las casas, una vez eran recibidos sus Majestades de Oriente en plaza de la Iglesia.

Los trabajos para llevar a buen término la cabalgata de ilusión se inician en el mes de noviembre, con reuniones y distribución de las tareas. Recuerda con ilusión el recibimiento tanto de los niños como de los padres, ya que todos querían hacerse fotos con ellos, y los más pequeños querían hablar directamente con los portadores de sus juguetes.

Una de las cosas que más le emocionaba, e igualmente más le alegraba, era si debían hacer una visita a algún domicilio, donde recientemente hubiera nacido un bebé, y que tuviera algún hermano pequeño o pariente. Entonces los dos más pequeños tenían al recien nacido en brazos y formaban un belén viviente, y los tres reyes depositaban los juguetes a los pies del recién nacido. "Era una cosa maravillosa y muy emocionante, ya que era como si hiciésemos una adoración. Los familiares agradecían mucho este detalle", aseguró.

Durante estos 23 años, nunca se tuvo que suspender ni el reparto de juguetes ni la cabalgata. "Eso sí, algunos años finalizábamos con un fina lluvia", dice. Recuerda que hubo un año que tambien fue muy especial, ya que durante el reparto en algunos momentos nevó. En este aspecto, lo tenían todo controlado, ya que llevaban unas lonas, para cubrir los juguetes que viajaban en el camión.

A pesar de ello, tenían un plan B, que nunca utilizaron. En caso de suspensión, los juguetes se repartirían en el local del cine o cuando cerró éste, en la misma parroquia. También recuerda que, en el año 2005, se instauró por primera vez el cartero real, que se ubico en el patio del convento y actuamente se instala en la plaza de la iglesia.

Como ocurre ahora, todos los componentes de la cabalgata son voluntarios del pueblo, y como único premio hay una cena o comida que se realiza con los donativos que les ha entregado el pueblo, tanto a la hora de recogida de juguetes, como cuando se les entrega en su domicilio.

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