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Entrevista

Francisco Valentín Rullán Villa: "Sinceramente, creo que no habrá 'correbou' para muchos años. Es una tradición que se acabará"

"Hoy en día un secretario no tiene tanto poder. Los miembros de la corporación están más preparados"

Francisco Valentín Rullán Villa, secretario del ayuntamiento de Fornalutx.

Buen comunicador y trabajador incansable, Francisco Valentín Rullán Villa, conocido con el sobrenombre de Xesc Pauló, es un gran conocedor de la administración desde donde ha visto afianzarse la democracia y pasar un total de nueve corporaciones municipales. Se jubila este 31 de diciembre como secretario del ayuntamiento de Fornalutx, después de haber trabajado durante décadas.

-¿Qué siente cuando tiene la jubilación tan cerca de sus manos?

-Ganas de que me llegue porque estoy cansado tanto física como mentalmente; si no fuera así, no me jubilaría.

-¿Qué se lleva de los años ejercidos como secretario en Fornalutx?

-Sé que no he hecho las cosas a gusto de todos pero me voy con la satisfacción de haber servido al pueblo de la mejor manera que he sabido y he podido. Estoy seguro de que añoraré este trabajo pero entiendo que ha llegado la hora de retirarme.

-¿Y qué deja al ayuntamiento?

-Más de media vida, por no decir casi entera, y toda mi vida profesional que seguro que repetiría.

-Haga una valoración de los años al frente de la secretaría de Fornalutx.

-Han sido tiempos de mucha responsabilidad y también de muchos dolores de cabeza y de preocupaciones; de mucho trabajo y al mismo tiempo de satisfacción cuando los diversos consistorios me han agradecido el trabajo realizado. Se debe tener presente que Fornalutx es un pueblo pequeño y un sector muy grande de la población piensa que en el ayuntamiento se debe resolver de todo, confundiéndolo con una gestoría o una notaría. A menudo hemos tenido que resolver temas y cosas a nivel particular.

-¿Cuál ha sido la faceta de su trabajo que más le ha gustado?

-Sin duda, llevar la contabilidad con la satisfacción de que hemos sido un municipio ejemplar ya que no estamos endeudados.

-¿Y la que menos?

-Hacer informes desfavorables que podían ir en contra de los intereses de un particular, pero que no he podido obviar.

-¿Cómo fue el proceso de adaptación a la vida de Fornalutx para usted, que provenía de Sóller?

-Para mí fue ideal, no tuve ningún problema. Pero mi familia al principio sí que tuvo alguno ya que mis hijos iban al colegio en Sóller y tenían sus amigos ahí. Mi mujer se tuvo que sacrificar yendo y viniendo. Sin embargo, pronto nos adaptamos y todo el mundo se encontró bien.

-¿Tiene tanto poder un secretario como la gente cree?

-Antiguamente sí; pero hoy en día no, porque actualmente los miembros de las corporaciones están más preparados que antes.

-¿Cómo ha sido su relación con los sucesivos políticos que han gobernado el pueblo?

-He visto pasar nueve corporaciones y seis alcaldes de todos los colores políticos: siempre ha habido nuestras diferencias, pero siempre nos hemos acabado adaptando porque han entendido cuál era mi papel. Siempre he mantenido mi ideología política fuera del trabajo ya que siempre he tenido muy claro quién era el alcalde y hasta dónde podía llegar yo como secretario.

-¿Qué diferencia hay entre ser secretario de un pueblo como Fornalutx o serlo de uno como Sóller?

-No puedo hablar por experiencia ya que sólo he ejercido en Fornalutx. Pienso que en Sóller hay muchos más problemas y asuntos a tratar, pero todos los pueblos tienen las mismas obligaciones en mayor o menor escala.

-¿Conseguía dejar el trabajo en el Ayuntamiento?

-A menudo me he llevado trabajo a casa por falta de tiempo y gracias a que las nuevas tecnologías me lo permitían; pero no consentí nunca recibir gente en casa.

-¿Cómo llegó a la secretaría de Fornalutx?

-Había hecho oposiciones para el Banco de Vizcaya y las había aprobado, pero estaba pendiente de que me dieran plaza. Mientras tanto, supe de la vacante de Fornalutx por jubilación del anterior secretario. Estuve un año de interino y luego pasé las oposiciones. Cuando me dieron finalmente la plaza en el Banco de Vizcaya ya me había adaptado al puesto y renuncié a la del banco.

-¿Cómo se cubrirá la plaza de secretario?

-Una vez aceptada mi jubilación, el ayuntamiento solicitó al Ministerio que habilitaran la plaza a nivel nacional y que saliera a concurso. Mientras, se comunicó al Colegio de Secretarios por si había algún interesado en la plaza, pero no fue así. Dentro del nuevo año, el ayuntamiento puede aprobar unas bases para cubrir la plaza interinamente mediante una oposición y mientras tanto se nombrará un secretario accidental.

-¿Qué le diría a su sucesor?

-Que trabaje con ganas y que piense que del fruto de su trabajo dependerá el funcionamiento y la administración de todo un pueblo, ya que será una pieza fundamental y parte del motor que hará que este funcione.

-¿Cuál cree que es el problema más grave que Fornalutx deberá solventar en los próximos años?

-Fornalutx es un pueblo que se ha de valer por sí mismo sin depender de Sóller. No obstante pienso que tanto en materia educativa como en sanidad deberá terminar unificando servicios con la ciudad vecina.

-¿Cree que habrá 'correbou 'para muchos años?

-Sinceramente, creo que no; y siento decirlo tan claramente. A pesar de que el toro sea una tradición popular estoy seguro de que se acabará.

-Cuéntenos alguna anécdota de su paso por el ayuntamiento.

-La gente suele confundir lo que es un ayuntamiento. En una ocasión, una madre vino al Consistorio acompañada de su hija que había conocido un joven; aquella mujer me pidió, ya que yo era un hombre de letras, si le podía aconsejar a su hija que no se casara, porque consideraba que era demasiado joven para hacerlo. Y yo le contesté que el asesoramiento espiritual lo daban en la parroquia.

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