El histórico teatro del Port d'Andratx, el Orpa, encara una nueva fase de su dilatada historia. Después de languidecer durante años en un alarmante estado de abandono y dejadez, han comenzado las obras para reconvertirlo en un espacio dedicado al tejido social del municipio, para poder organizar actos lúdicos y culturales.
Ésa fue la intención que expresaron los representantes municipales del ayuntamiento de Andratx a finales de la pasada legislatura, cuando la administración municipal estaba a punto de cerrar el acuerdo de adquisición del teatro por una cantidad económica que ascendía a un total de 346.396 euros.
El alcalde Jaume Porsell (PP) visitó ayer las obras que tienen lugar en este edificio situado en la calle Colón del núcleo costero, que está cargado de gran valor sentimental, ya que fue construido gracias a las aportaciones de los vecinos.
Con el tiempo, pasó a manos de la Diócesis de Mallorca, que fue el propietario hasta que el Consistorio andritxol lo compró.
Hasta la fecha, el histórico teatro se encontraba tapiado y presentaba un estado lamentable de ruina. A iniciativa del propio Ayuntamiento y tras una valoración realizada por parte de sus técnicos, la administración municipal hizo una oferta económica a la Iglesia por la propiedad.
Operación económica
Para hacer frente a esta operación, el ayuntamiento de Andratx aprovechó el dinero procedente de la venta de unos terrenos públicos situados en el Salinar de Camp de Mar, que se efectuó durante la pasada legislatura.
La transacción despertó en aquel entonces la crítica de la oposición socialista, que dijo que esta compra era una "ruina". El PSOE sostuvo que, antes de comprar edificios como el Orpa, habría que rehabilitar inmuebles que son de propiedad municipal, como el situado al lado de la actual biblioteca municipal, que incluso, decían, está apuntalado. Los socialistas priorizaron entonces la reforma del edificio de la antigua escuela del Port, para destinarlo a asociaciones municipales y a la celebración de actos culturales.
Reforma integral
Desde el primer momento, los representantes municipales manifestaron su intención de realizar una reforma integral del teatro Orpa, incluido el patio trasero que tiene el edificio, a fin de ganar un nuevo espacio público para el municipio.
En aquel entonces, el equipo de gobierno informó de que la operación de compra del teatro Orpa respondía al "gran valor sentimental" que representa la instalación.
El Orpa presenta un mal estado de conservación.
Al mismo tiempo, la corporación municipal apostaba por destinar el inmueble a impulsar la vida social y cultural del núcleo costero, reconvirtiéndolo en un edificio donde las asociaciones puedan reunirse y organizar actos lúdicos y culturales.
