La singular carrera en tono festivo que se celebra en torno al día de los Santos Inocentes se convocó durante cinco años, del 1985 al 1989. Treinta años después, este 2015, un grupo de madres y padres de atletas del Club Joan Capó decidieron reactivar esta simpática cita del deporte no competitivo. Participaron más de cien personas en una carrera que recorrió las calles principales de la ciudad. Los disfraces llamaron la atención. Y se reivindicó, nuevamente, la creación de la tan prometida pista de atletismo. Del club, liderado por el carismático Joan Pons, han salido reconocidos deportistas pero el hecho de no disponer de unas instalaciones dignas no ha contribuido a lograr las mejores condiciones para entrenar, por ejemplo, salto de longitud o lanzamiento de jabalina. Tras la carrera se degustó chocolate caliente con coques de Nadal y, a continuación, rifa de regalos sorpresa. Finalmente, cena de hermandad.