Joan Carles Salom es un micólogo mallorquín que recientemente ha publicado el descubrimiento de una especie nueva para la ciencia. Se trata del Leucoagaricus de los Jardines (Leucoagaricus viridariorum).
La primera vez que Salom encontró este hongo pensó que se trataba de otra especie muy parecida descubierta en Cerdeña. El micólogo explica: "Esta especie la encontré por primera vez en agosto del año 1998 en un jardín de sa Ràpita (Campos). Después de estudiarla la clasifiqué y publiqué en 2000, como Sericeomyces sardous o Leucoagaricus sardous.
Similitud
Los ejemplares encontrados eran muy similares macro y microscópicamente a esta especie que en 1998 se había publicado como nueva para la ciencia en la isla de Cerdeña (Italia). Además, los autores que descubrieron el Sericeomyces sardous le confirmaron que se trataba de la misma especie.
Sin embargo, Salom no quedó satisfecho del todo y con los dos especialistas Josep Lluís Siquier y Carles Constantino la redescubrieron en Sant Elm y en Palma "y después volví a encontrarla en Calvià y también en Palma , además de otras localidades, pero siempre en jardines o parterres", agrega el científico.
En el año 2013, se pusieron en contacto con él, dos micólogos de la Rioja -Agustín Caballero y Guillermo Muñoz-, y le explicaron que ellos también habían encontrado ejemplares idénticos al Leucoagaricus sardous en Zaragoza, Tenerife y Málaga. Los jardines y parques urbanos volvieron a ser el lugar del hallazgo.
Salom afirma que "actualmente haciendo pruebas de biología molecular es la única manera de saber si ejemplares de setas muy similares son, o no, especies diferentes, por eso decidimos secuenciar el ADN de varias muestras que teníamos, entre ellas, algunas de Mallorca y también una muestra original del Leucoagaricus sardous que yo poseía y que me habían enviado amablemente los micólogos que habían descubierto la especie". El grupo de micólogos mallorquines que había hallado los nuevos hongos también consiguió que les enviasen del herbario de Venecia otro trozo de muestra original de Leucoagaricus sardous, que también secuenciaron.
Pruebas moleculares
"Justo es decir que en 2000, todavía estas técnicas de secuenciación de ADN estaban empezando, y para clasificar especies los micólogos nos basábamos tan sólo en estudiar los caracteres macro y microscópicos de las setas, por lo tanto, sin pruebas moleculares hubiera sido imposible asegurar que los ejemplares encontrados a en sa Ràpita eran diferentes del Sericeomyces sardous, también conocido por Leucoagaricus sardous", dice.
