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Iglesia de Mallorca

Las Hermanas de la Caridad dejan Porreres tras 155 años de servicio

En 1860 llegaron al pueblo para hacerse cargo del Hospital e inaugurar un nuevo colegio - Las cinco religiosas que quedaban serán reubicadas en distintos conventos de la isla

La religiosas en su última aparición conjunta en septiembre. s. tortella

Las Hermanas de la Caridad de Porreres dejan el pueblo tras más de 155 años de presencia ininterrumpida. Durante este fin de semana las últimas cinco inquilinas del convento de la calle Sala han tenido que abandonar sus quehaceres. La edad avanzada de la mayoría de ellas ha obligado a la congregación a reubicarlas en otros conventos de la geografía mallorquina. Sor Antònia Oliver y Sor Margalida Serra se han trasladado al de Felanitx, Sor Catalina Sansó al de La Soletat y Sor Antonia Vaquero y Sor Maria Barceló al de Son Rapinya.

Las Hermanas de la Caridad llegaron a Porreres el 2 de septiembre de 1860 con la finalidad de hacerse cargo del Hospital, del que se encargaron hasta 1972. Durante estos primeros años también inauguraron un colegio y en 1960 se hicieron cargo del parvulario que habían iniciado las Hermanas Franciscanas en 1925.

Fue en 1972 cuando Mossèn Pere Torres inició los trámites para substituir el antiguo Hospital-Hospicio por una Residencia Social, donde poder atender a un mayor número de personas. Ese mismo año y durante las fiestas de Sant Roc la comunidad fue obsequiada con SEAT 600, que había sido adquirido por subscripción popular para poder facilitar los desplazamientos de las religiosas a la hora de visitar a los enfermos en sus casas particulares.

En 1972 los vecinos les regalaron un 600 para visitar enfermos. T. B.

En 1974, también el día de Sant Roc, fue inaugurada la nueva Residencia ubicada en las antiguas dependencias del convento religioso de las Franciscanas. Des de ese día Porreres contó con dos comunidades de la Caridad, unas estaban al cuidado del colegio y las otras de los enfermos.

Distintas labores sociales

La comunidad encargada del colegio ya se marchó en 1999, aunque hasta el 2010 dos religiosas siguieron encargándose de la dirección del Col·legi Verge de Monti-sion. Estos últimos cinco años el colegio ha estado en manos de una cooperativa que sigue ligada a la congregación. Las encargadas de la residencia durante estos últimos 41 años, han seguido visitando a los enfermos de la localidad y difícil será de borrar la imagen de Sor Antònia Oliver conduciendo el coche de la comunidad por las calles de Porreres para poner una inyección a algún enfermo que lo necesitara.

También han colaborado en las labores parroquiales como las catequesis, animación de las celebraciones, limpieza, conservación y ornamentación de los templos como el parroquial, Monti-sion, La Creu y l'Hospitalet.

En el claustro de colegio Verge de Monti-sion, curso 74-75. T. B.

Ahora las religiosas ya no se encuentran entre los vecinos de Porreres, aunque sí han dejado una gran huella. La residencia sigue funcionando bajo la batuta de la Parroquia con la colaboración de un grupo de voluntarios y las trabajadoras contratadas.

El próximo 9 de enero se celebrará una diada festiva para agradecer las labores realizadas por las dos congregaciones que han estado al servicio de los porrerencs. Por un lado las Religiosas Franciscanas de la Misericordia y por otro las dos comunidades de las Hermanas de la Caridad.

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