Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Entrevista

Jesús 'Suso' Garzón: "Las visitas públicas incontroladas causan un grave impacto en la Serra"

Jesús Garzón, en la sede que la Fundació Vida Silvestre Mediterrània tiene en Campanet. j. sans

Jesús Garzón participó el jueves en Campanet en una reunión de la Fundació Vida Silvestre Mediterrània (FVSM) que preside. Pionero de la lucha ecologista en el Estado español, es un gran conocedor de la biodiversidad mallorquina y un amante de la Serra de Tramuntana, hábitat natural del buitre negro, cuya reintroducción fue seguida de cerca por este trotamundos apasionado de la naturaleza.

-¿Cuál es su función al frente de la Fundación Vida Silvestre Mediterránea (FVSM)?

-Es una historia que viene desde muy atrás. Llevo más de cuarenta años trabajando por la conservación del medio ambiente en Mallorca, principalmente a favor de la supervivencia del buitre negro. Tengo la función de presidir las reuniones, tomar decisiones y firmar actas. Es un papel activo que se centra en tareas de coordinación y de establecer las prioridades y las líneas maestras de conservación de la naturaleza.

-¿Qué cuestiones se trataron en la reunión que la fundación celebró el pasado jueves en Campanet, motivo por el cual usted visitó la isla?

-Se habló sobre la necesidad de potenciar la conservación de la Serra de Tramuntana, que debe ser una prioridad para Mallorca. Actualmente existe un descontrol absoluto sobre las visitas a la cordillera. El acceso a las zonas públicas debería regularse, el Govern tampoco ha hecho nada en este sentido. Las visitas incontroladas tienen un impacto ambiental muy grave porque degradan la sostenibilidad y van en contra del desarrollo sostenible que debe imperar en la comarca. La población de buitres negros ha padecido un impacto muy grave debido a las visitas incontroladas.

-¿Qué solución propone para mitigar los efectos de las visitas a la Serra de Tramuntana?

-Deben ordenarse las visitas. Todo el mundo tiene derecho a conocer las maravillas de la Serra y de Mallorca, pero la regulación es necesaria porque, además, generaría mucho empleo mediante la contratación de guías especializados que se encargarían de la ordenación. El buitre negro es un símbolo de la Serra, pero hay otras especies amenazadas como el halcón eleonor, entre otras, además de la flora. Todo esto debe valorarse y apreciarse.

-¿A qué retos se enfrenta la lucha ecologista en los tiempos actuales?

-Los retos pasan por la educación. Desde hace muchos años hay mucho déficit de información en las escuelas. Esta debe ser una prioridad para conservar el medio ambiente a medio y largo plazo. Debe producirse un relevo generacional que potencie la educación ambiental. La realidad es que vamos a legar un planeta gravemente amenazado por el cambio climático y las sequías como la que golpea actualmente a Mallorca. Cada año irá a más, no es un hecho coyuntural. Tendremos que adaptarnos al cambio climático. También hay que ayudar a los payeses y favorecer la gestión tradicional del territorio manteniendo una ganadería local. Otro problema grave es el de los herbicidas que matan a las abejas, por lo que la polinización de los frutales se ve muy afectada.

-¿El cambio climático es irreversible?

-Sí lo es. La contaminación que hemos provocado en un siglo tendrá consecuencias durante cientos de años en la atmósfera. Debemos adaptarnos a ello cambiando muchos cultivos por plantas más resistentes. El problema de España es que Europa no entiende que somos un país mediterráneo, con sequías prolongadas, y que necesita que el ganado paste en los montes, algo que Europa ha prohibido. Mientras el ganado pasta, abona el terreno y evita los incendios. Y el suelo es más rico porque está fertilizado.

-¿Falta concienciación sobre los problemas medioambientales?

-Existe una concienciación teórica, pero no la práctica. Creo que actualmente las ayudas están mal dirigidas porque no cumplen con los fines que deben tener. No son sostenibles porque se potencian los cultivos transgénicos, no son justas porque no ayudan a los pequeños productores sino a las grandes industrias de transformación y no son ecológicas porque permiten la importación de productos de terceros países sin tener en cuenta que, por ejemplo, los piensos de Sudamérica contribuyen a la destrucción de selvas vírgenes. Los consumidores deberíamos cambiar los hábitos.

-¿Qué recuerdos guarda de Félix Rodríguez de la Fuente, con quien colaboró en su juventud?

-Fueron unos años muy buenos, en los que yo aún era universitario y me lancé al campo con Félix para observar a los halcones, de los cuales él era un gran experto. Todavía guardo una relación estrecha con su familia. Haber trabajado con él es un recuerdo imborrable para mi. Su muerte fue una tragedia, dejó un vacío muy grande que jamás ha sido llenado.

-¿Cree que se ha hecho justicia con la figura de Félix?

-Yo soy un enemigo de los personalismos. Creo que lo importante es el futuro. No soy partidario de encumbrar a nadie porque cada momento necesita nuevas ideas. Debemos pensar más en los futuros Félix Rodríguez de la Fuente que ahora son niños y cazan mariposas por los campos.

-Usted atesora una larga trayectoria de lucha ecologista. ¿De qué acciones se siente más orgulloso?

-De la lucha contra los eucaliptos que llevamos a cabo entre los años 60 y 70, cuando los campos estaban llenos de maquinaria pesada que arrasaba los montes para sembrar pinos y eucaliptos. Entonces me enfrenté al aparato del Estado franquista y a la mafia de las papeleras y la industria de la madera. Conseguimos pararlo y cambiar la forma de pensar de los españoles sobre las repoblaciones forestales. Actualmente es terrible ver cómo los pinares están infestados de procesionaria, que son un efecto claro del cambio climático. También recuerdo la lucha para conseguir que Monfragüe (Extremadura) fuese un parque nacional. Hoy en día estoy concentrado en la lucha a favor de la trashumancia. Queda mucho trabajo por hacer.

Compartir el artículo

stats