Alaró celebró ayer por la mañana un emotivo homenaje a las víctimas del franquismo durante y después de la Guerra Civil Española. La XI jornada de Memoria Histórica que se celebra en el municipio concluyó ayer con un homenaje y una ofrenda florar en el cementerio municipal.

Marçal Isern, portavoz local de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, se encargó de presentar el acto, queriendo destacar que este año se ha llevado a cabo el cambio de nombre del colegio público de la localidad, que lleva ahora el nombre del último alcalde republicano de Alaró, Pere Rosselló i Oliver. Se trata de un personaje que abogó por una educación pública de calidad y laica y fue asesinado.

A continuación, el portavoz y presentador cedió la palabra al escritor y exsacerdote Jaume Santandreu.

Santandreu explicó que la realidad histórica se puede ver desde diferentes puntos de vista: "Unos serán nietos de quienes fueron víctimas del franquismo; en cambio otros lo serán de quienes fueron los que acabaron con la vida de aquéllos o de quienes lo permitieron".

El exsacerdote fue muy crítico con la Iglesia y tuvo duras palabras refiriéndose al papel que desempeñó en lo que ella misma calificó como "cruzada". Aseguró que él lo ha visto "desde el punto de vista de una institución asesina, una institución que fue de los grandes culpables de lo que pasó, una institución como es la Iglesia, que todavía no ha rendido cuentas", ante la sociedad. Añadió que "la Iglesia no se deja juzgar, pero lo acabará pagando por una razón muy fuerte: una mancha de sangre, nunca se olvida".

Acabó su discurso leyendo un poema visiblemente emocionado y recibiendo el aplauso del público asistente. El acto finalizó con la ofrenda floral ante la placa conmemorativa de las víctimas, con el acompañamiento musical de Indígena Atac.