-Para que se haga cargo del tipo de entrevista: "¿Cuántos días ha sido alcalde?"
-Doce docenas de días, 144. Solo me falta tatuarme esta cifra. Desde el minuto uno sabíamos lo que nos podía pasar.
-La alegría de ganar el poder no compensa la tristeza de perderlo.
-Permanece la alegría de que Més/Esquerra fuera la lista más votada. La moción de censura evidencia que las derechas de PP, El Pi y AIPC (Agrupació Independent de Porto Cristo) ganaron las elecciones. Las cuestiones personales interesadas les han servido para superar las diferencias ideológicas.
-Asoció la moción de censura a la corrupción. Datos.
-No lo llamo corrupción porque han de determinarlo los jueces, pero lo ocurrido es el fruto de las malas prácticas, de la falta de ética y estética mostrada por El Pi y AIPC de 2011 a 2015.
-Su gobierno en minoría también se apoyaba indirectamente en El Pi y AIPC.
-Más involuntaria que indirectamente. Negociamos con El Pi y AIPC, que siempre han ido de la mano, pero vimos que con ellos no nos desenganchábamos de la vieja política.
-¿Se pasó usted de listo al ningunear a El Pi para gobernar en precario desde la izquierda?
-El día de la constitución del ayuntamiento no sabía si sería alcalde. Llevaba un discurso preparado por si acaso, pero teníamos claro que no entraríamos en un gobierno con El Pi y AIPC. Pedro Rosselló, del PP, tenía ese día dos discursos preparados.
-¿Por la calle le miran con lástima?
-Me miran con rabia, al ver que no podíamos seguir con una nueva manera de hacer política. No nos han dejado cambiar el Manacor rancio de los últimos 40 años, por eso volveré a presentarme y a probarlo.
-¿Ha tenido que medicarse?
-No. Estoy muy tranquilo y, a diferencia de otros alcaldes, duermo plácidamente todas las noches. No nos quisimos rebajar a pactar a cualquier precio, pude haber compartido la alcaldía con Catalina Riera de El Pi.
-Catalina Riera afirma que el traidor es usted.
-Depende de cómo se mire. Riera se llenó la boca diciendo que los populares le facilitaban la negociación, y que "nos ponen la alfombra roja para pactar". El Pi de Manacor son los resentidos del PP.
-Pues bien que presumía usted de amigo de Antoni Pastor, vicepresidente de El Pi.
-Hay feeling con Antoni Pastor, ya cuando era alcalde y estábamos en la oposición. Llegamos a aprobarle unos presupuestos. No me lo ha dicho personalmente, pero nos ha llegado que no apoyaba la moción de censura. Catalina Riera tiene otro talante.
-No descarte una maldición de la capitanía general, por negarse a festejar el tricentenario.
-El Ejército tiene poder, pero no hasta este punto. Otros ayuntamientos se sumaron a nuestra posición. Lo valoramos y nunca dijimos que no se hiciera, solo que no cedimos un local.
-¿A quién se le ocurre trabajar el 12 de Octubre?
-Siempre he trabajado ese día, y también lo hice en el Ayuntamiento. Es un gesto, igual que colgar un lazo verde y una senyera en el salón de plenos. O descolgarlos, como ha hecho el actual alcalde, Pedro Rosselló.
-¿Es independentista?
-Creo en otra distribución del Estado. Si la única opción para lograrla es la independencia, soy independentista.
-Entonces no le dolerá saber que Més no entra en el Congreso español.
-Saldrá, y si las encuestas como la del CIS fueran fiables, no haría falta votar. No creo en los sondeos eufóricos ni en los deprimentes. Ni los dos diputados que nos daba este diario, ni cero. Un escaño para Antoni Verger es la cifra justa, que nos lleve a cambiar España aunque en España no hay nada que cambiar.
-Biel Barceló debió reaccionar con su tradicional "dejad hacer, dejad pasar".
-Se puso a nuestra disposición para lo que consideráramos oportuno. Barceló habló con Jaume Font y pactó con nosotros la respuesta a darle. El presidente del PI le ofreció la alcaldía a la número uno del PSOE.
-¿El Govern le ha ofrecido un cargo de consolación?
-Ni me lo he planteado. Acabaré la legislatura como jefe de la oposición, porque los cambios auténticos se producen en las instituciones municipales.
-¿Dónde está la autocrítica por no haber sabido conservar el poder?
-Yo no me fui, me sacaron, y no se puede conservar el poder a cualquier precio. Mi autocrítica es no haber hecho más de lo que hicimos en estos 144 días, antes del pacto pirata. Gobernar para todos es una utopía, pero desde la izquierda has de favorecer a quien está peor, la clase trabajadora.
