Los más de 200 miembros de la sociedad de regantes de Maria de la Salut se han quedado sin agua durante estos últimos meses. La balsa de Son Bacs que acumula el líquido tratado de la depuradora está llena a rebosar y vierte el agua sobrante al torrente, mientras tanto las fincas con sus contadores están secas y lo sembrado se ha perdido o ha sido necesario regarlo con agua transportada en bidones que han tenido que acarrear sus propietarios.
Los cortes de agua se han venido produciendo desde que se inició el sistema de riego. Cabe señalar que el objetivo del proyecto también es que el agua que se vierte al torrente esté depurada. Si en pocos días fluye de nuevo el líquido el mal ya está hecho, ya que solo se podrán regar algunos árboles frutales, pero toda la hortaliza se habrá perdido.
Además, en los largos intervalos de espera se han cometido actos de vandalismo en algunas de las acometidas instaladas. Se han roto contadores y han robado varias puertas de casetas.
El problema, según explica el alcalde de Maria, Toni Mulet (PP), es que "las estructuras son deficitarias" y que "cuando no hay una rotura de tuberías se inunda la sala de máquinas". El regidor lamenta que "nunca se ha podido regar varios meses seguidos, siempre hay averías que lo impiden". A su entender, los payeses no tienen ninguna seguridad y la desconfianza es total. Ahora hace seis meses que no tienen agua y la que hay en la balsa se vierte al torrente. "Luego está el tema de las tasas, nos están pidiendo unos precios que el agricultor no puede asumir; han pasado muchos años desde que se constituyó la sociedad y hemos hablado muchas veces de lo mismo, en un principio los costes eran muy bajos, el agua prácticamente se regalaba y había una pequeña cuota para mantenimiento, pero ahora la empresa quiere aumentar el canon hasta los 20 euros mensuales y no estamos de acuerdo", añade Mulet.
Falta de recepción de las obras
La empresa tampoco ha cumplido el compromiso de arreglar los trece kilómetros de caminos y viales donde se cavaron las zanjas para pasar las tuberías. "Con todos estos problemas, el Ayuntamiento no puede recepcionar estas obras, no puede asumir que se rompa un motor, algo muy probable según lo que estamos viendo, y lo tengamos que pagar", sigue el alcalde de Maria.
La comunidad de regantes, presidida por el teniente de alcalde Jaume Ferriol, quería que el mantenimiento de la misma corriera a cargo de la empresa Sorea, que es la que se encarga de las aguas de Maria y de los pueblos del Pla. En estos momentos los trabajos de mantenimiento son responsabilidad de la empresa Tragsa, que ha sido la que ha llevado a cabo las obras. "No puedo dar una fecha concreta de cuando van a empezar a regar de nuevo ya que depende de la voluntad que tenga la empresa constructora en la solución de las deficiencias y del tiempo que tarde en aceptar las condiciones que les pedimos", acaba diciendo el alcalde.
Este proyecto, cuyas obras empezaron en 2007 y que ha contado con un presupuesto de más de 6 millones de euros, consiste básicamente en la construcción de una balsa de regulación cerca de la depuradora, en una parte de la zona conocida como Sa Vinya den Piulo, con una capacidad de unos 57.000 metros cúbicos.
Se han incluido en el proyecto dos estaciones de bombeo, una con tres bombas sumergibles y la segunda con tres de cámara partida; la red de riego, que se extiende por 52 hectáreas de superficie y la reparación y nuevo asfaltado de los caminos afectados. La zona regable es de 95 hectáreas y podrán beneficiarse un elevado número de regantes.
Hay que tener en cuenta que la mayoría de usuarios son pequeños agricultores. Las tierras de labor de el Puig des Rafal, Pujolet, Son Xigala, Banderola o Son Bacs, casi todas ellas situadas en las partes sur y este del municipio y con propietarios de diferentes pueblos, podrían utilizar para regadío las aguas procedentes de la depuradora. Esta actuación forma parte del Plan de Regadío Nacional, cofinanciado por Madrid y la Conselleria de Agricultura.
