Ibicenco de nacimiento, de cultura barcelonesa y mallorquín de adopción, Josep Costa i Ferrer Josep Costa i Ferrer(Eivissa, 1876-Palma, 1971), más conocido por el pseudónimo de Picarol, fue uno de los caricaturistas más famosos y respetados de su época. Los altos contenidos satíricos de sus viñetas triunfaron en las principales revistas catalanas de entresiglos. En la ciudad condal fue habitual tertuliano de Els Quatre Gats, donde, entre otros, conoció a Picasso, Nonell, Eugeni d'Ors, Ramon Casas o Santiago Rusiñol. Una época prolífica que desembocó en la Mallorca de 1928, una isla todavía panorámica, donde junto a unos cuantos socios decidió invertir. Así nació Cala d'Or.
Pero su definición de inversión inmobiliaria no era la que después se propagó en los sesenta y setenta. Era más bien el hecho de crear un lugar comunitario donde relajarse y crear junto al mar del sur, en el municipio de Santanyí. En 1933 diseñó los planos y promovió la urbanización de lo que en principio se bautizó como Cala d'Hort, en clara referencia a la cala ibicenca, y que después de unos años, pasaría a conocerse como la Cala d'Or más turística (aprovechando la similitud de pronunciación).
De aquella estrecha relación con el municipio, nace ahora la propuesta registrada ayer por Alternativa per al Municipi de Santanyí, y que no es otra que iniciar los trámites para que Picarol sea el primer hijo adoptivo de Santanyí, "un acto de justicia por su importancia. Si alguien tiene que serlo, sin duda ese es él", destaca su portavoz, Jaume Amengual, mostrando la solicitud junto a un croquis de lo que en un principio era Cala d'Or, antes de la dictadura franquista. "Estamos convencidos de que no habrá ningún problema para que dentro de unos meses sea hijo adoptivo de Santanyí. Todo el mundo va a votar que sí, porque tiene el consenso de la cultura del municipio. Era amigo de todos", reivindica.
Ya en Mallorca, Picarol fue autor y editor, a partir de 1929, de una colección de guías turísticas de Mallorca y las Pitiüses en diversos idiomas, además de otras colecciones como la dedicada a la pintura mallorquina del siglo XIX. Con el boom turístico, la pequeña urbanización de unos centenares de habitantes, se convirtió en un enclave de hoteles y segundas residencias de más de 4.000 residentes, hoy en día más incluso que en propio pueblo de Santanyí.
Ahora se deberá iniciar un estudio y recopilación de información para que Josep Costa pueda pasar a la historia santanyinera con todo merecimiento.
