Son Servera veta a las diez mujeres de color que hasta ahora tenían permiso para realizar trenzas y peinados de estilo africano a los turistas en la zona costera zona costera. El ayuntamiento serverí ha decidido modificar la ordenanza que regula las actividades en la calle en todo el municipio, lo que incluye su eliminación.
En su argumentación parar hacerlo, el consistorio se basa en que es una actividad realizada por personas principalmente de origen subsahariano con riesgo de exclusión social. Este importante matiz queda avalado por sendos informes de los técnicos municipales de los Servicios Sociales, por una parte y por parte de agentes de la Policía Local de Son Servera por otra.
La actividad de las trenzadoras se reguló en la anterior legislatura para solventar el problema social que padecían estas mujeres y para facilitar la escolarización de sus hijos menores, al tiempo que les permitía tener un sustento económico mientras buscaban trabajo. Los agentes sociales comprobaron que estos requisitos se incumplían sistemáticamente, como dictaminan ahora los informes técnicos.
Al mismo tiempo la Policía Local llegó a detectar que había gente con un trabajo demostrado que seguía realizando la actividad en horas libres. Incluso propietarias de puestos regulados que lo vendían a otros compatriotas.
Problemas de piojos
Otra de las razones por las que se ha tenido que acabar retirando las diez licencias que cada temporada otorgaba el consistorio, es porque el informe ha revelado la presencia, en algunos casos, de piojos que pasaban a las trenzas artificiales colocadas a los turistas.
Los Servicios Sociales municipales estudiarán ahora otras propuestas para ayudar a la incorporación laboral de las mujeres afectadas.
Al quedar excluida esta actividad en la zona municipal de Son Servera, cabe la posibilidad de que dichas mujeres pasen a realizar la actividad a escasa distancia de la actual, ya que el ayuntamiento de Sant Llorenç, administrador de la otra mitad del núcleo costero de Cala Millor, no tiene una ordenanza tan restrictiva como la que ahora regirá en Son Servera.
La nueva normativa local también contempla una reducción notable del resto de actividades realizadas en plena calle. En el apartado de caricaturistas, las diez licencias que se otorgaban hasta ahora, se reducen a la mitad y se estipula que todas ellas queden concentradas en un mismo sitio, en este caso en la plaza de la calle Sol. Los puestos musicales, se reducen más todavía, y pasan de diez a solo cuatro, y solo se podrán realizar en varios puntos determinados, como un espacio específico del paseo marítimo de Cala Millor, otro en el de Cala Bona y un tercero en la calle Molins. La actividad de mimos, pasa de la decena a solo cinco licencias, que podrán desarrollar su actividad a lo largo del paseo marítimo desde Cala Bona a Cala Millor, pero siempre justo al lado de la pared que lo delimita del mar o la playa.
Sanciones económicas
La actualización de la ordenza incorpora un régimen sancionador, que multará con hasta 750 euros las infracciones leves, entre las que se encuentran no estar debidamente acreditado o usar para la actividad el mobiliario urbano.
Con hasta 1.500 euros se sancionarán las infracciones graves, como realizar actividades diferentes a las autorizadas, el incumplimiento de horarios o mendigar pidiendo dinero a los viandantes. Un aspecto que viene provocando las quejas constantes del sector hotelero.
Y con hasta 3.000 euros a todos aquellos que incurran en infracciones muy graves, como la negativa a identificarse, hacer caso omiso de las órdenes de la autoridad competente o incurrir en dos infracciones graves en el mismo ejercicio. Cualquiera de las actividades mencionadas también verán reducido de forma substancial su horario, pasando de las 14 horas a solamente ocho, siempre delimitadas dentro de un horario que vaya desde las 14 hasta las 22 horas.
