El turismo religioso atrae a dos millones de visitantes cada año a Mallorca, según destaca el Obispado. Se trata de una de las primeras conclusiones que se han extraído de las I Jornadas de Turismo Religioso que se celebraron ayer en Lluc, en el marco del acuerdo firmado entre el Santuario y la Universitat de les Illes Balears (UIB) para el desarrollo de programas de estudios conjuntos en los campos de la cultura, docencia e investigación.

El acontecimiento ha puesto de manifiesto la relevancia que ha adquirido los últimos años el turismo religioso, dentro del ámbito del turismo cultural, como factor dinamizador económico para Mallorca y el polo de atracción turística que supone este tipo de patrimonio, con una el gasto mediano de 200 euros por persona y día.

Los puntos turísticos más visitados de la isla son la Seu de Mallorca, el Santuario de Lluc, el Real Convento de Sant Francesc, la Casa Museo de Fray Juníper Serra, el Santuario de Cura, el Monasterio de la Real, la Cartuja de Valldemossa e iglesia de La Porciúncula.

En este sentido, el coordinador académico de las Jornadas de Turismo Religioso, Pere Fullana, destacó que "el turismo religioso es una opción estratégica de desarrollo económico para Mallorca y que puede servir como elemento desestacionalizador y complementario al producto de sol y playa, puesto que los turistas pueden venir todo el año y no dependen de las condiciones climatológicas".

El gestor cultural y también coordinador del acontecimiento, Pere Muñoz, señaló que " en Mallorca tenemos un gran patrimonio religioso que muy bien gestionado y orientado puede significar un producto turístico cultural de primer orden, es decir, actualmente tenemos oferta pero la tenemos que configurar como un producto turístico, un producto que tiene una gran capacidad de alcanzar diferentes sectores económicos diseminados por todo el territorio de las islas".