La primera moción de censura registrada en la historia democrática del municipio prosperó ayer en una sala de plenos llena de público. No hubo incidentes, salvo varias interrupciones de los discursos de representantes de El Pi, PP y la Agrupació Independent de Porto Cristo-S´Illoters y simpatizantes (AIPC-SYS), precisamente los partidos que presentaron la moción para desbancar al pacto progresista de nueve ediles, comandado por Miquel Oliver (Més-Esquerra), al frente del consistorio durante 144 días. Su sucesor, el conservador Pedro Rosselló (tiene 48 años de edad y su profesión es la de abogado), recalcó: "Venimos a servir, no a servirnos". En esta línea, defendió la "nueva manera de gestionar" del entente de centroderecha.

Rosselló -que en la anterior legislatura del Govern Bauzá ocupó el cargo de secretario general técnico del Ibanat- poseerá la vara 23 meses, mientras que Catalina Riera, número uno de El Pi, los últimos 19. El nuevo equipo de gobierno suma un total de 12 ediles, mientras que la oposición, 9.

El número uno conservador aseguró que apostará por la "pluralidad y transparencia". Se mostró confiado en que "Manacor mira hacia el futuro con optimismo y esperanza". Abogó por el "diálogo y consenso" y subrayó que compartirá la vara "con todos los ciudadanos, ellos marcarán mis pasos". Concluyó exclamando "moltes gràcies i visca Manacor!".

Llamó la atención la ausencia de la figura protocolaria de Los Macers (dos hombres), a diferencia del pleno de investidura de Oliver (13 de junio). En cambio el amplio despliegue de decenas de agentes de la Policía Nacional (antidisturbios incluidos en la plaza de s´Antigor) y Policía Local fue calificado de "exagerado" por la mayoría de vecinos.

Miquel Oliver valoró el trabajo llevado a cabo por el pacto progresista. "No hemos perdido el tiempo, hemos sido sobre todo un equipo transparente, un gobierno del pueblo. Hoy pierdo la vara, pero no la dignidad", manifestó.

Durante las intervenciones de Bernadí Bou (regidor conservador de mayor edad que presidió la mesa), Rosselló, Joan Gomila (AIPC-SYS) y Riera se escucharon algunos gritos como "mentiders", "chorizos" y "vergonya!". Los nuevos gobernantes coincidieron en remarcar que están "legitimados" gracias al más del 50% de los votos cosechados el 24-M y dijeron que Manacor "necesita un gobierno fuerte y estable".

Por su parte, Riera explicó que "si hemos dado este paso es porque estamos convencidos que entre todos podemos mejorar Manacor". En este sentido, expresó su deseo de que "el nuevo gobierno gobierne para todos". Su objetivo. "Un Manacor más accesible y sostenible, con un tejido comercial fuerte, núcleos urbanos con identidad propia, un municipio más saludable, seguro, referente cultural y deportivo, con una potente economía local".

Joan Gomila insistió en la viabilidad de la alianza "legítima" de centroderecha. Cabe recordar que AIPC-SYS arrasaron en su área en la cita con las urnas.

Carles Grimalt, edil de Volem, sostuvo que "ya dicen que es guanyar fa riure, y para Volem estar al lado de los ciudadanos es ganar... pese a que no tengamos silla".

Amanda Fernández, del PSOE, aseveró que "en cuatro meses hemos estado más cerca del pueblo que en los últimos 12 años". Desveló que en junio Jaume Font (El Pi) le ofreció la posibilidad de ser la alcaldesa, "pero por coherencia y responsabilidad rechacé la oferta". Terminó citando a Groucho Marx: "Estos son mis principios; si no le gustan, tengo otros".

No en vano, muchos ciudadanos cuestionan la reconciliación ´exprés´ del PP con los escindidos de su seno en la pasada legislatura (Pastor capitaneó la ´rebelión´).

Rosselló y su grupo contestaron que el pacto progresista "no ha contado con nuestro criterio para nada, nos hemos sentido ofendidos y provocados". De ahí el regreso del centroderecha al mando.

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