El ex alcalde de Sóller Carlos Simarro (PP), que dijo no tener constancia de que el acusado haya intentado ponerse en contacto con él para pedirle disculpas, relató en el juicio el calvario que sufrieron su familia y él tras el ataque contra su vehículo. "La situación me rompió la presión arterial. Mis hijas dormían a apenas un metro y medio de donde estaba el coche. Fue durísimo. No dormíamos. Teníamos una sensación de psicosis muy grande. Nunca me había sentido amenazado así", explicó a la juez.

Simarro reveló que fue tanta la tensión personal de aquellos días que llegó a plantearse una solución drástica. "Me planteé abandonar la vida política. Incluso, marcharme del municipio. Nos surgió un gran miedo a que nos pasaran más cosas, palizas, envenenamientos...", contó el ex alcalde.

Su abogado fue muy duro con la fiscal por su propuesta final de condena rebajada. "[La fiscal] ha tenido una actitud más de defensa que de acusación", afirmó, antes de continuar: "En otras partes de España, estos hechos merecen el calificativo de terrorismo de baja intensidad, de 'kale borroka", en referencia a la violencia callejera del País Vasco vinculada al entorno de ETA. "Simarro tiene derecho a que la justicia lo proteja", afirmó su letrado. Por otro lado, después de que la representación jurídica del ayuntamiento de Sóller suscribiera la rebaja de pena de la Fiscalía, la acusación particular atribuyó esta nueva postura al cambio político en el municipio, donde ahora gobierna un pacto de izquierdas.