La sentencia que ahora obliga al Constància es el resultado de un convenio entre el Ayuntamiento, la Federación Balear y el club. En su día, el expresidente Jordi Guirado firmó un contrato por indicación del Ayuntamiento para optar a una subvención de la federación. Con ella se quería instalar césped artificial en el campo municipal de deportes. El Ayuntamiento cedería el uso y el Constància figuraba como receptor de la subvención. Sin embargo, el dinero no fue suficiente y ahora el club debe pagar.