El nuevo equipo de gobierno del ayuntamiento de Inca ha declarado la guerra al botellón en la 'revetla' del Dimecres Bo, que se celebrará en la noche del próximo 18 de noviembre. La Policía Local pondrá en marcha un dispositivo especial para vigilar que los jóvenes que asistan a la fiesta no beban alcohol en la calle, fuera de las zonas de ocio nocturno que también han sido definidas por el Ayuntamiento.

Los agentes policiales controlarán principalmente todas las zonas de ingreso al núcleo urbano de la ciudad, así como las calles del centro, con el objetivo de "evitar las consecuencias negativas" del botellón. El Ayuntamiento recordó ayer que esta práctica está sancionada, según las ordenanzas municipales, con multas de hasta 300 euros, aunque "por la reincidencia la cantidad puede ser mayor".

Asimismo, fuentes del ayuntamiento de Inca explicaron ayer que las principales carreteras de acceso a la ciudad también estarán vigiladas por patrullas de la Guardia Civil que realizarán controles de alcoholemia.

Otro de los objetivos que se ha marcado el ayuntamiento de Inca durante el desarrollo de la fiesta nocturna previa a la feria del Dijous Bo del próximo 19 de noviembre es el de acotar los espacios de marcha nocturna a la zona céntrica ubicada entre la calle del Born y la plaza de l'Àngel. En este espacio estarán instaladas las barras de bar y la música, aunque también se permitirán en un local de ocio ubicado en la avenida del General Luque.

Este año se ha acordado que solo podrán instalar una barra en el exterior los locales que tengan licencia específica para ello. Además, solo habrá dos equipos de música diferenciados en la calle Born y en la plaza de l'Àngel para evitar la molesta mezcla de sonidos de otros años.

La hora del cierre de los locales de ocio se ha decretado a las cinco de la mañana.

Seguridad y menos molestias

El alcalde de Inca, Virgilio Moreno (PSOE), aseguró ayer que el Ayuntamiento ha mantenido varias reuniones con los locales de ocio nocturno y también con los vecinos que residen más cerca de esta zona con el objetivo de "cerrar un plan de actuación que garantice la seguridad y una baja incidencia de las molestias". El regidor expresó su satisfacción por la "capacidad de entendimiento y comprensión" demostrada por ambas partes "ante una situación tan especial como el Dimecres Bo".

La marcha del Dimecres Bo se celebra desde hace más de veinte años y cada año se repiten problemas similares que vienen provocando las quejas de los vecinos y los vendedores del mercado.