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Legado

El rescate de piezas únicas

ASIMA y el Consell se interesan por la colección privada de patrimonio industrial y agrícola más importante de Mallorca, situada en la finca 'algaidina' de Son Pujolí

Un camión Ebro con cabina de madera de Transportes Pons, la única empresa de este tipo que había en Mallorca hace 40 años; la apisonadora Invicta que hizo la carretera de s'Arenal hasta Es Cap Blanc; el camión de bomberos más antiguo de Palma, en funcionamiento desde 1928 hasta los 60, cuando fue relegado a regar la plaza de toros; el autocar más viejo de la isla, con volante a la derecha y sin frenos delanteros, que cubría la ruta María de la Salut-Sineu-Lloret-Pina-Algaida; dos motores de finales del XIX que aún hoy se podrían poner en marcha o la máquina con la que se suministraba gasolina a los aviones de Mussolini que bombardearían Barcelona o Valencia, entre otras muchas piezas.

Una delegación de la Asociación de Industriales de Mallorca (ASIMA) junto a una representación del Consell han visitado la colección privada más importante del patrimonio industrial que hay en Mallorca, situada en la finca de Son Pujolí de Algaida, propiedad de la familia Amengual.

Tanto el presidente de ASIMA, Francisco Martorell, como el presidente del Consell, Miquel Ensenyat, coinciden en que se debe recuperar la colección que en su día se encargó de restaurar y coleccionar Guillem Amengual, fallecido recientemente.

Su legado recoge la historia industrial y agrícola de los empresarios mallorquines desde mediados del siglo pasado. Según palabras de Martorell, "no sólo hablamos de cultura, lo que Guillem Amengual ha conservado desde 1986 con cariño a lo largo de los años es un pedazo de nuestra historia que es importante que se conozca. Es un legado de un incalculable valor a conservar".

Ensenyat, considera de "extraordinario valor" esta colección y considera que "nuestra institución debe jugar un papel clave y relevante para preservarlo y mostrarlo a las diferentes generaciones de mallorquines". Ambos coinciden en la importancia de buscar fórmulas de colaboración para catalogar, enumerar y valorar los bienes materiales por su valor artístico y antigüedad. Así como el hecho de darles valor educativo.

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