"Lo decidimos en la última reunión del equipo de gobierno; quien ha querido, ha venido y el que no, está en su derecho de poder descansar", explicaba ayer el alcalde de Manacor, Miquel Oliver, en su despacho, acompañado de los cuatro ediles de la coalición ganadora de los últimos comicios locales, Més-Esquerra, y el hombre de confianza del alcalde en Porto Cristo, Pep Barrull. "Nosotros consideramos que no hay nada que celebrar, así que es un día normal y como tal hay que trabajar". Ni el día de la Hispanidad, ni la fiesta nacional ni la de la Guardia Civil lograron ayer cerrar el Ayuntamiento: "Pese a que no haya funcionarios hay muchas cosas por hacer, temas importantes sobre la mesa y poco tiempo que perder".

Los cinco representantes del grupo (el resto de integrantes del pacto decidieron asistir a otros actos) abrieron el consistorio a las 8,30 horas, y aunque desde fuera pareciera una jornada dominical de barreras cerradas, dentro, la actividad era constante: reunión con promotores y con la Policía Local para tratar temas de circulación, papeles, documentos técnicos que acelerar, preparar el pleno municipal de esta noche...

Oliver se defendía de las críticas que equiparan la Hispanidad con la celebración del 31 de diciembre y la conquista catalana de Mallorca: "Aquello no fue un genocidio y además no se celebra con un día festivo, se conmemora en todo caso". "Son cosas distintas", añade Barrull, "en Cataluña incluso celebramos la derrota militar".

Proposta per les Illes (El Pi) también arremetía contra lo que consideran un desplante del alcalde y su equipo: "Representaremos todas las sensibilidades en los diferentes actos del 12 de octubre. Querríamos que Miquel Oliver representara a todos", decía el domingo en su cuenta de twitter. "¿También representa a los que no creen en la celebración?" dejaba caer el alcalde. "Al final de lo que se trata es de actuar en conciencia y hacer aquello que crees", sostenía Sebastià Llodrà, responsable de la parcela de Educación y Deportes.

"Somos políticos todo el año"

"Hay mucha gente que trabaja hoy, no es ningún pecado. Aunque quizá si lo fuera lo haríamos todavía con más ganas" ironizaba el primer edil, "no sé si a las tres de la tarde habremos terminado..." "Somos políticos todo el año, con eso quiero decir que ayer a las 12 estábamos apoyando al Col·lectiu Dones de Llevant y el sábado a las 11 horas estábamos en la presentación del club de vóley, y en ninguno de los dos actos había representantes de otros partidos".

Sin los más de 300 funcionarios municipales de las oficinas de la plaça des Convent trabajando, las dependencias estaban en silencio. Nadie en recepción ni en el primer piso. Nadie en el archivo ni en Medio Ambiente. Sí en el segundo piso, donde se sitúa el despacho del alcalde de Manacor. Luces y sombras, celebraciones y trabajo para protestar o simplemente para adelantar un trabajo acuciante.