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Entrevista

Joan Gomila Gaià: "El espectador se ha cansado de un tipo de teatro muy bien hecho pero alejado del actor"

"Estamos acomplejados como si aquí no pudiera haber buenas compañías y profesionales"

Joan Gomila, sentado entre las butacas de la acogedora sala La Fornal de Manacor. s. sansó

Con un presupuesto de 45.000 euros y capacidad para medio centenar de personas, desde fuera la sala La Fornal parece una vivienda más de la calle Coves dels Hams de Manacor. Dentro la cosa cambia. Casi 200 metros cuadrados transformados en un coqueto teatro, sin estridencias pero con todas las facilidades para trabajar. Desde la base, desde la cercanía a la actor y desde la calidad de quien entiende la profesión.

-¿Por qué 50 butacas?

-Porque si eran 51 ya cambiaba la legislación y las condiciones en cuanto a salidas de emergencia, por ejemplo, eran más difíciles de cumplir.

-¿Cómo se le ocurre embarcarse en un proyecto así?

-Hace años que me rondaba la idea de que hubiera una mayor comunicación entre el intérprete y el público. Que el teatre no fuera tan solo un consumo cultural sino que también hubiera una parte social. Creo que será muy agradable poder hablar con los actores terminada la obra, poder cenar algo mientras se charla... poder tocarles. Creo que hoy por hoy el teatro sólo puede desaparecer si pierde la comunicación. El público se ha cansado de ver un tipo de teatro muy bien hecho pero alejado del actor. El espectador no se siente identificado estando sentado en la fila catorce.

-También es más exigente...

-Eso es, por eso me interesa mucho más. Además, prefiero gente profesional y directores de Mallorca, que no caras conocidas de fuera con compañía propia... Está claro que todas las artes escénicas tienen que convivir y el entretenimiento es parte de la cultura.

-¿El teatro es más fácil de 'recortar'?

-Digamos que siempre ha tenido que remar en condiciones adversas de una forma precaria, así que es más fácil de castigar. El valenciano, por ejemplo, está teniendo que renacer después de tantos años de gobierno del PP. Habían adormecido de tal forma a la sociedad con un nivel cultural tan bajo, que al final el teatro también siguió ese camino para poder tener espectadores. Lo que fue un error.

-¿Aquí también?

-Aquí lo que pasa es que estamos acomplejados profesionalmente hablando, como si no pudiera haber buenas compañías y profesionales. Es como decir que en Mallorca es imposible que haya buenos cirujanos. Es una mentalidad que debe cambiar, no somos unas hormigas insignificantes.

-¿Cómo puede sobrevivir un actor local?

-Entre otras cosas, es necesario crear becas para compañías con gente de menos de 30 años o convocatorias de ayudas municipales, por ejemplo. Lo que se conseguiría solo con suprimir una de las actividades de la Fira de Teatre.

-¿Será rentable la sala de La Fornal?

-No es un proyecto económico. Probablemente perdamos dinero, pero por otro lado el nombre de nuestra compañía de teatro es probable que sea más visible y que nuestra proyección sea mayor. Una cosa por la otra. Hay que esperar... no tenemos ni un plan de viabilidad ni las 1.500 butacas que ofrece el Ayuntamiento entre el teatro y el auditorio. Sobrevivimos de trabajar fuera, de servicios técnicos, de actuar... De hecho no contrataremos a más personal, seremos tres como hasta ahora. La sala también nos servirá a nosotros como local de ensayo, ganaremos en calidad de vida.

-Para que el público se haga una idea, ¿Qué tipo de espectáculos van a programar?

-Queremos llegar a un público atento. Mandará el artista, sin importar que lo que haga pueda ser un Shakespeare o un monólogo, mientras veamos que es una propuesta solvente. No haré un share de televisión.

-¿Qué se lleva el artista?

-En principio el 50% de la taquilla, más o menos. Dependerá de su implicación.

-¿Del éxito dependerá la duración?

-Sí, los actores saben el día que entran pero no cuándo van a salir. Además, cuanto más se mantenga mucha más repercusión cogerá el espectáculo. Como un avión, que necesita kilómetros para despegar, pero una vez en el aire todo es más fácil.

-Entendiendo que es una sala hecha de ahorros

-Totalmente. La mayor ventaja es que el local es nuestro y no tenemos que pagar un alquiler, de lo contrario sería imposible. La iluminación es led y después de tanto tiempo de actuar ya teníamos las tarimas, los focos o el quipo de sonido propio. Creemos mucho en la cultura del reciclaje, lo que no significa que tenga que ser cutre.

-¿Y en cuanto a precios?

-Quien pueda pagará 14 euros, pero, por ejemplo, a un grupo de diez personas menores de 25 años les saldría a 6 euros la entrada.

-¿Hay alguna asociación que agrupe a pequeños teatros?

-Hemos pedido el ingreso a la red de teatros alternativos de España, que son todos aquellos que disponen de menos de 300 butacas. Ya le digo que sabemos que somos de Segunda B, que jugamos con los que siempre pierden, no vamos a traer los grandes monólogos de Concha Velasco, pero, quién sabe, de aquí puede salir alguna sorpresa. Somos como la cantera de donde puede empezar a brotar el talento.

-¿Y cuándo podrán subir a Primera?

-Un teatro no es rentable si no tiene más de 300 butacas. Aunque las salas alternativas son imprescindibles para que un artista o un espectáculo puedan empezar y lograr una proyección que les lleve a los auditorios. Aquí no hay mucha cultura de salas pequeñas. Solo en París existen 50 y siempre hay cola. En toda España hay 42.

-¿Cuántas en Mallorca?

-El Teatre del Mar y el Teatre Sans en Palma, y ahora La Fornal en Manacor. Ya está.

-Por cierto, ¿Cuál será la primera representación y cuándo?

-Será este domingo, 11 de octubre a las 20 horas con El gust és nostre, de la Companyia La Fornal; un espectáculo sorprendente, con gran vocación de verdad, con música improvisada y cartas de alguien que tiene a cosas que decir a la gente, no necesariamente serias. Después, entre otras obras, en noviembre tendremos La cita y en enero Cambó/Companys, de la compañía catalana Teatre de Ponent.

-¿Cuántas actividades prevén al año?

-Entre 50 y 60 anuales. Unas seis al mes durante nueve meses.

-¿Participan de la Fira de Teatre de Manacor?

-Lo hemos ofrecido, pero no ha habido predisposición para que estemos, como tampoco en la Tardor Poètica.

-¿Y le han explicado por qué?

-No sé los motivos concretos, pero creo que va en contra de cualquier política moderna no tratar de combinar lo público con lo privado en casos como este. Esto no es un bar, es otra cosa...

-Pero también tienen barra de bar ¿no?

-Sí, pero solo para que la gente pueda esperar a la función o para poder hablar después. El resto de tiempo no estará abierto.

-¿Han tenido alguna ayuda de las administraciones para poder montar la sala?

-No. De hecho es más fácil recibir una ayuda del Ministerio que del Consell o del Ayuntamiento. Aunque en este caso, para montar la sala, como le decía, hemos tirado de dinero ahorrado.

-¿Cómo van a promocionarse?

-Sobre todo a través del correo electrónico y las redes sociales. Si tuviéramos 3.000 euros para promoción los gastaríamos, pero no es así. Tenemos que mantener toda la sala con 12.000 al año. Tenemos que calcularlo todo muy bien, aquí pegarse una hostia es desaparecer.

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