En el reciente pleno del ayuntamiento de Llucmajor, el pacto formado por Més, El Pi y PSOE aprobó declarar el municipio como antitaurino, "contrario a las corridas y al ejercicio de cualquier tipo de violencia hacia los animales que les pueda causar estados de ansiedad, miedo, maltrato, dolor o cualquier daño físico o psicológico". Los grupos de la oposición PP y ASI votaron en contra. El portavoz conservador, el exalcalde Joan Juame, se mostró crítico. Señaló al equipo de gobierno de centroizquierda que los toros son una "tradición" y "forman parte de la cultura del país". En esta línea preguntó a los gobernantes: "¿Padece o no un caballo al que le hacen dar saltos?". Recordó que existe una Ley de Protección Animal y reflexionó acerca de los límites de este complejo asunto.

Miquel Àngel Serra, regidor de Innovación, Comunicación, Movilidad y Transporte y Atención ciudadana en s'Arenal, defendió la postura del pacto. Afirmó que "este es un tema que requiere de un debate profundo" y reconoció que se producen una serie de "contradicciones" e "incoherencias", si bien reivindicó el hecho de marcar la línea en cuanto a un firme rechazo a las corridas de toros.

Echando un vistazo al programa de las actuales ferias pueden verse, además de la actividad ecuestre Festa del Bot, el I Concurs Territorial de Salt d'Obstacles; Campionat de caça amb cans eivissencs; Tir al colomí; Passejada en poni; Demostració d'obediència canina, suelta de palomas y varias exposiciones de animales en la Darrera Fira y Campionat de caça menor amb ca i escopeta (día 25).