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Calvià

La memoria turística de Peguera

El Hesperia Villamil, que abrió en 1955, homenajea a una veintena de extrabajadores ya jubilados, llenos de vivencias sobre los orígenes del sector hotelero en Calvià

Algunos de los homenajeados, con responsables del hotel, ayer, en Peguera.

Hubo un tiempo en que Peguera (Calvià) no era un feudo de turismo alemán, sino británico. Unos años en que la localidad no tenía la segunda planta hotelera del municipio, con decenas de establecimientos. Sólo había unos pocos. Como el Villamil. El Carabela. Malgrats. Apenas había comercios. Ni existía el Bulevar. Eran los tiempos en que el turismo predominante era muy selecto. De mucho dinero. Venía el rey de Arabia Saudí. Y Johan Cruyff. Y la tenista Gabriela Sabatini. Y el elenco de la mítica serie Dallas.

Miquel Llabrés, de 75 años, Víctor García (69), Ahmed Abdel-lah Zian (71), Luis García (67) y Antonia Martínez (63) contaban ayer éstos y otros muchos recuerdos de sus décadas de trabajo en uno de los hoteles emblemáticos de Peguera, el Hesperia Villamil, que este año cumple su 60 aniversario. Precisamente, para celebrar esta efeméride, la dirección del establecimiento, con Alejandro Garrido al frente, organizó ayer un homenaje a antiguos trabajadores ya jubilados.

Algunos de esos empleados empezaron a trabajar en el hotel el mismo año de su apertura, en 1955. Como Llabrés. Con sólo 14 años, comenzó en la bolera, "como jefe", apostilla. Después, fue, por este orden, botones, telefonista, conserje, jefe de recepción y, finalmente, subdirector. "La clientela de aquel entonces era perfecta. Todos ingleses, de mucho dinero", cuenta este jubilado, que recuerda cómo había apenas media docena de tiendas.

El punto de inflexión para el posterior predominio del turismo alemán se produjo a finales de los setenta, cuando la libra perdió fuelle. "Entonces, se tuvieron que buscar nuevos mercados, como el alemán. La TUI empezó a traer también buenos clientes alemanes", apunta Llabrés.

Clientela de élite

"La clientela que venía era de nivel. Médicos, abogados, deportistas de élite... Después, la evolución ha ido hacia la masificación", detalla Luis García, quien fue jefe de bares en el hotel, adonde llegó desde su Toledo natal. "¡Me acuerdo de que aquí se comía langosta por 30 pesetas!", cuenta, a modo de anécdota.

A su lado, Ahmed Abdel-lah, originario de Marruecos, relata cómo llegó con 22 años a Peguera desde Barcelona, donde estudiaba. "Había un sentimiento de orgullo de estar en este hotel. Lo notabas cuando se lo comentabas a la gente", relata este antiguo jefe del economato del hotel, quien rememora que la estructura del trabajo era diferente en aquellos años. "Abríamos todo el año. A veces había casi más personal que clientes, aunque, eso sí, cobrábamos a porcentaje", explica.

"Yo pasé toda mi vida laboral aquí, en el Villamil", cuenta, por su parte, Antonia Martínez, que entró a trabajar con 17 años. Primero, fue camarera y, después, subgobernanta. "Antes, el trabajo era muy diferente, había otro tipo de compañerismo, éramos como una familia", añade.

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