En la capital federal del Estado y ante el marco religioso más emblemático. Era difícil hallar, fuera del Vaticano, un escenario más trascendente para la canonización de fray Juníper Serra. El papa Francisco presidió ayer tarde -10,30 de la noche, hora española- la ceremonia de proclamación como santo de la Iglesia Católica del franciscano nacido en Petra en 1713.

Fue un ceremonial pulcro y solemne a la vez, en el que todo estaba calculado al milímetro, desde la palabra a la singular protocolo de canonización.

La enorme explanada exterior de la Basílica Nacional de la Inmaculada Concepción, en Washington, presentaba un aspecto rebosante, como si fuera consciente del acontecimiento histórico que estaba protagonizando. En ella estaban 25.000 personas, 15.000 sentadas, y entre ellos, los sesenta mallorquines desplazados expresamente a Estados Unidos para asistir a la celebración. Se hacía notar también el amplio colectivo de californianos, la tierra evangelizada por fray Juníper.

Representación mallorquina

En nombre del Gobierno español estaba el ministro de Justicia, Rafael Catalá, y Miquel Ensenyat, presidente del Consell, ejercía la máxima representación civil de Balears. También estaba el alcalde de Petra, Salvador Femenías.

El obispo de Mallorca, Javier Salinas, ostentaba, por su parte, la representación de la Conferencia Episcopal Española. Salinas estaba entre el amplio grupo de prelados concelebrantes y entre los sacerdotes que también concelebraban figuraban el rector de Petra, fray Miquel Almiñana su predecesor, Joan Martí y los sacerdotes petrers, Joan Font, Antoni Alzamora y Pere Riutort.

El postulador de los Franciscanos Menores, al defender la biografía de Juníper Serra, hizo especial hincapié en la defensa que hizo el nuevo santo de los indígenas a los que llevó la fe católica. La mayor parte de la ceremonia fue oficiada en español, dejando paso a preces y lecturas en idiomas indígenas de los primeros habitantes de California.

Fue una liturgia alegre, característica aportada en buena parte por el entusiasmo de los cánticos que interpretaron los colectivos musicales integrados en la ceremonia. La solemne Eucaristía tuvo como marco un día soleado, con temperaturas más bien calurosas, aliviadas por una ligera brisa. La misa de canonización de Juníper Serra, transmitida por la CNN y 13TV, fue seguida en vivo por fieles de edad y procedencia diversa. Se observaban tanto jóvenes como adultos en actitud marcada por el recogimiento y la devoción. Fue uno de los aspectos más llamativos del ceremonial y que a su vez se traduce en admiración y homenaje al nuevo santo.

La solemnidad propia de las grandes celebraciones litúrgicas fue otra de las características de esta singular misa presidida por el papa Francisco. El diácono cantó el evangelio, también en español, al igual que la homilía del Pontífice pronunciada en un tono pasado y muy personal, partiendo de la alegría y el compromiso cristiano de divulgar el Evangelio. La presentación de las ofrendas estuvo también en consonancia con la proclamación de un santo que integra valores culturales y sociales procedentes de distintas partes del mundo. Fue una misa concebida para honor y gloria de San Juníper.