La Santa Misa de canonización ensalzó el talante del franciscano petrer Juníper Serra, desde ayer con aureola de santidad. De la homilía del papa Francisco destacar la loanza hacia el Evangelizador de California. En este sentido remarcó que "buscó defender la dignidad de la comunidad nativa, protegiéndola de cuantos la habían abusado". Se trató de "abusos que hoy nos siguen provocando desagrado, especialmente por el dolor que causan en la vida de tantos", agregó el pontífice en el exterior del Santuario de la Inmaculada Concepción.

"Tuvo un lema que inspiró sus pasos y plasmó su vida: supo decir, pero especialmente supo vivir diciendo: 'siempre adelante'". Esta fue la forma que Juníper encontró para vivir la alegría del Evangelio, para que no se le anestesiara el corazón", subrayó Francisco.

"Supo dejar su tierra, sus costumbres, se animó a abrir caminos, supo salir al encuentro de tantos aprendiendo a respetar sus costumbres y peculiaridades", según explicó el argentino en su homilía en español.

"Somos hijos de la audacia misionera de tantos que prefirieron no encerrarse en las estructuras que nos dan una falsa contención... en las costumbres donde nos sentimos tranquilos, mientras afuera hay una multitud hambrienta", dijo el jesuita citando la exhortación apostólica papal Evangelii Gaudium.

Cabe apuntar que, a diferencia de en la solemne beatificación del 25 de septiembre de 1988, en esta ocasión no hubo exaltación en lengua catalana. En concreto, en la plaza de San Pedro del Vaticano, el entonces papa Juan Pablo II se refirió así: "Mallorquí universal, model exemplar d'evangelitzador abnegat". Mientras que en la Basílica National Shrine of the Immaculate Conception no se escuchó la lengua materna del santo durante la homilía.

Eso sí, la característica expresividad del papa Francisco volvió a quedar de nuevo bien patente, con un mensaje claro, directo. Aplaudió que Miquel Josep Serra Ferrer hiciese llegar la Iglesia a muchos pueblos de América.

Una de las palabras más reivindicadas por Bergoglio fue la de "¡alégrense!". A modo de titulares: "No queremos que la resignación sea el motor" y "la alegría del Evangelio se experimenta". Por ello insistió en la "responsabilidad de anunciar el mensaje de Jesús. [...] a todos dijo Jesús: vayan y anuncien, sin miedos, sin perjuicios, sin superioridad... y muchos se animaron a responder esta llamada". Prosiguió sentenciando que "somos hijos de la audacia misionera" y Junípero Serra "supo vivir lo que es la Iglesia en salida. [...] Se animó a salir al encuentro, respetando costumbres y peculiaridades". Por todo ello se mostró firme defensor de una Iglesia "siempre adelante".

Los fieles asistentes a la Santa Misa de canonización, que duró casi dos horas y media, le tributaron sentidas ovaciones.

Al cierre de la edición, mallorquines desplazados a Washington informaron de que el Papa podría acercarse a ellos para celebrar tan simbólica canonización.